- c. 220 d. C - 

.Alejandría, provincia de Egipto 

Imperio Romano 

Orígenes de Alejandría (c. 185-254), también conocido como Orígenes Adamancio, fue uno de los primeros y más importantes eruditos cristianos. Se lo recuerda no solo por su extraordinaria erudición, sino también por su compromiso radical con la santidad. 

Pasó la mitad de su vida en Alejandría y se le atribuye la producción de aproximadamente 2.000 tratados sobre múltiples ramas de la teología, entre ellas la crítica textual, la exégesis y la hermenéutica bíblica, la homilética y la espiritualidad. Entre las obras más importantes de Orígenes se encuentran la Hexapla (Ἑξαπλά), Sobre los Principios (Περὶ ἀρχῶν) y Contra Celso (Κατὰ Κέλσου).

Fue una de las figuras más influyentes de la teología y ha sido descrito como "el genio más grande que la Iglesia primitiva haya producido".

Orígenes, un Erudito Perseguido

Casi toda la información sobre la vida de Orígenes de Alejandría proviene del sexto libro de la Historia Eclesiástica, escrito por Eusebio de Cesarea (260/265 - 339), quien describe al teólogo como el perfecto erudito cristiano.

Orígenes nació alrededor del año 185 d. C. en Alejandría. Según Eusebio, su padre fue Leónidas de Alejandría, un respetado profesor de literatura y cristiano abiertamente practicante. La madre de Orígenes, cuyo nombre se desconoce, pudo haber pertenecido a una clase baja que no tenía derecho a la ciudadanía. Es probable que, debido a la condición de su madre, Orígenes no fuera ciudadano romano.

El padre de Orígenes le enseñó literatura y filosofía, así como la Biblia y la doctrina cristiana. Eusebio afirma que su padre le hacía memorizar diariamente pasajes de las Sagradas Escrituras y que, de adulto, era capaz de recitar largos pasajes a voluntad.

En el año 202, cuando Orígenes no tenía todavía diecisiete años, el emperador romano Septimio Severo (145-211) ordenó la ejecución de los ciudadanos romanos que practicaban abiertamente el cristianismo. El padre de Orígenes, Leónidas, fue arrestado y encarcelado.

Eusebio de Cesarea (260/265 - 339) cuenta que Orígenes quería entregarse a las autoridades para que también lo ejecutaran, pero su madre escondió toda su ropa y no pudo acudir a las autoridades porque se negaba a salir de casa sin ropa. En cuanto a su padre, fue decapitado y el Estado confiscó todos los bienes de la familia, dejándola devastada y empobrecida.

Orígenes era el mayor de nueve hijos y, como heredero de su padre, asumió la responsabilidad de sustentar a toda la familia. A los dieciocho años fue nombrado director de una escuela en Alejandría y recibía visitas de políticos y académicos. Pasaba los días enseñando y se quedaba hasta tarde escribiendo tratados y comentarios. Iba descalzo y llevaba sólo una capa. Era abstemio y vegetariano, y solía ayunar durante largos períodos. Además, Orígenes escribió obras académicas de gran calidad y cantidad.

Jerónimo de Estridón (347-420) preguntaría más tarde, sarcásticamente: "¿Alguien ha leído todo lo que escribió Orígenes?"

Destacado exponente de la gnosis ortodoxa, fue el primero en concebir un sistema completo del cristianismo, integrando las teorías neoplatónicas. Sus ideas, recuperadas y sistematizadas en los siglos siguientes por una escuela de pensamiento llamada origenismo, dieron lugar a una viva polémica y fueron finalmente condenadas en el Concilio de Constantinopla del año 553 d.C.

Su gran capacidad de trabajo fue proverbial entre sus contemporáneos, hasta el punto de ser apodado Adamantius u "hombre de acero". Entre sus obras de interés filosófico destacan Contra Celso (refutación en ocho libros de las críticas que el neoplatónico Celso dirigió contra el cristianismo) y Sobre los Principios (cuatro libros); también se conservan el libro Sobre la Oración y la Exhortación al Martirio y algunos fragmentos de su monumental Biblia conocida como Hexapla, que presentaba el texto bíblico hebreo en varias columnas y diversas versiones en otros idiomas.

Sus obras sobre la Biblia se dividen en tres categorías: Escolios, es decir, explicaciones de pasajes difíciles; Homilías, sermones destinados a ilustrar libros enteros de las Escrituras; y Comentarios, un examen sistemático de los textos. En este último, Orígenes aplica una exégesis simbólica, distinguiendo en la Escritura tres niveles de significado, correspondientes a las tres partes de la naturaleza humana (física, psíquica y espiritual).

En la Escritura, pues, hay un sentido literal, que se limita a considerar los hechos históricos narrados; un sentido moral, que descubre orientaciones éticas en la historia, y por tanto interpela la voluntad; y un sentido místico, perteneciente a la profundidad del misterio de la fe escondido en la letra.

En sus obras doctrinales (Contra Celso y Sobre los Principios), Orígenes expone su pensamiento filosófico, en el que se muestra deudor del platonismo, el estoicismo y el neoplatonismo. Orígenes postula la creación del mundo ab aeterno, como correspondiente, según él, a la inmutabilidad de Dios y a su bondad, que por su misma naturaleza tiende a una manifestación y don continuos.

Orígenes estudió con filósofos no cristianos en su ciudad natal de Alejandría, Egipto, para comprender mejor sus argumentos. Se cree que Sobre los Principios es la primera obra exhaustiva de teología cristiana sistemática, y aquí Orígenes no sólo presenta un enfoque estructurado de las creencias cristianas, sino que lo hace a través de la filosofía griega contemporánea.

Por otra parte, Orígenes le habló a un hombre rico llamado Ambrosio para que se acercara a Jesucristo y abandonara el gnosticismo valentiniano. Ambrosio quedó tan impresionado por el joven erudito que le proporcionó una casa, un secretario, siete taquígrafos, un equipo de copistas y calígrafos y pagó la publicación de todos sus escritos.

En algún momento cuando tenía poco más de veinte años, Orígenes vendió la pequeña biblioteca de obras literarias griegas que había heredado de su padre por una suma que le proporcionaba un ingreso diario de cuatro óbolos, y utilizó ese dinero para continuar sus estudios de la Biblia y la filosofía.

Otra de las obras más importantes de Orígenes es la Hexapla, un libro de crítica textual y apologética académica, además de una verdadera Biblia interlineal.

La Hexapla tiene un formato de seis columnas: una columna de texto hebreo en paralelo con cinco columnas de varias traducciones griegas. El propósito de Orígenes al compilarlo fue contrarrestar los ataques gnósticos y judíos al cristianismo primitivo. Esta obra también proporcionó a los cristianos una guía completa del Antiguo Testamento. Se estima que el original tenía más de 6.500 páginas y tardó más de 28 años en completarse.

Orígenes también respondió a una obra anticristiana, escrita poco antes de su nacimiento, por el filósofo griego Celso. La obra de Celso atacaba ampliamente la historia, la filosofía, la profecía y los deberes sociales del cristianismo. En Contra Celsum (Contra Celso), Orígenes produjo una defensa detallada e intelectualmente poderosa del cristianismo, una de las primeras y mejores de la era de la iglesia primitiva. En ella Orígenes responde a Celso punto por punto, entretejiendo pruebas, lógica y filosofía en apoyo del cristianismo.

Comprender la obra de Orígenes puede ser un desafío porque él creía que toda la Escritura tenía tres niveles de significado: literal, figurativo y moral, y a menudo ofrecía múltiples formas de interpretar el mismo pasaje.

Orígenes es un excelente ejemplo de los primeros eruditos de la Iglesia que aceptaban interpretaciones no literales de ciertos pasajes, como el relato de la creación del Génesis. También criticó la idea de que sólo los hombres especialmente ordenados tenían la autoridad espiritual para interpretar las Escrituras. Gran parte de su obra fue un esfuerzo deliberado por promover el conocimiento por encima de la simple autoridad, incluido el liderazgo eclesiástico.

Desgraciadamente, uno de los episodios más famosos de la biografía de Orígenes es el de su autocastración. Eusebio afirma que cuando Orígenes era joven, después de leer el pasaje de Mateo 19:12, en el que Jesús dice: "Pues hay eunucos que nacieron así del vientre de su madre, y hay eunucos que son hechos eunucos por los hombres, y hay eunucos que a sí mismos se hicieron eunucos por causa del reino de los cielos. El que sea capaz de recibir esto, que lo reciba". Orígenes acudió a un médico y le pagó para que le extirpara quirúrgicamente los genitales, para asegurar su reputación como tutor respetable de hombres y mujeres jóvenes.

En aquella época era costumbre castrarse por diversas razones, entre ellas para poder acceder a determinados puestos de confianza. Eusebio afirma además que Orígenes le contó en privado a Demetrio (c.127-232), obispo de Alejandría, sobre la castración y que Demetrio inicialmente lo elogió por su devoción a Dios debido a ello.

Orígenes, sin embargo, no sólo nunca menciona nada acerca de haber sido castrado en ninguno de sus numerosos escritos, ni jamás defendió esta práctica, sino que por el contrario la negó fervientemente en muchas ocasiones a lo largo de su vida. Sin embargo, sí menciona en su obra "Comentario al Evangelio de Mateo" el versículo citado arriba, escrito cerca del final de sus días, y condena enérgicamente cualquier interpretación literal de ese párrafo de Mateo, afirmando que "sólo un tonto interpretaría el pasaje como una defensa de la castración literal".

Al parecer lo interpretó de forma simbólica, como una forma de anteponer el camino espiritual a los placeres del cuerpo, si se quiere entrar al reino de los cielos, ya que éste es un estado elevado de conciencia.

Desde principios del siglo XX, algunos estudiosos han cuestionado la historicidad de la autocastración de Orígenes, y muchos la consideran una invención total porque Orígenes destacó desde muy joven por su inteligencia, cultura y habilidades y, por envidias o diferencias de enfoque, tuvo enemigos que lo acusaban de todo tipo de cosas. Sin embargo, el debate ha continuado entre los estudiosos de la biografía de Orígenes hasta el día de hoy.

Conflicto con Demetrio

A los veinte años, Orígenes dejó de interesarse por ser gramático y se interesó más por ser filósofo retórico. Mientras tanto, Orígenes comenzó a llamarse a sí mismo "maestro de la filosofía".

La nueva posición de Orígenes como autoproclamado filósofo cristiano lo puso en conflicto con Demetrio (c.127-232), el líder carismático que gobernaba la congregación cristiana en Alejandría con mano de hierro. Al definirse como filósofo independiente, Orígenes estaba reviviendo un papel que había sido prominente en el cristianismo anterior pero que desafiaba la autoridad del ahora poderoso obispo.

En el año 212 viajó a Roma, que era un importante centro filosófico en aquel tiempo. Allí, Orígenes asistió a las lecciones de Hipólito de Roma (c. 170-c. 235) y fue influenciado por su Teología del Logos. En el año 213 o 214, el gobernador de Arabia envió un mensaje al prefecto de Egipto pidiéndole que enviara a Orígenes a reunirse con él para poder entrevistarlo y aprender más sobre el cristianismo de su principal intelectual. Orígenes fue escoltado por guardaespaldas oficiales y pasó un breve tiempo en Arabia con el gobernador antes de regresar a Alejandría.

En el otoño de 215, el emperador romano Caracalla (188-217) visitó Alejandría. Durante su visita, los estudiantes de las escuelas protestaron y se burlaron de él por haber asesinado a su hermano Septimio Geta (189-211). Caracalla se indignó y ordenó a sus tropas que devastaran la ciudad, ejecutaran al gobernador y mataran a todos los manifestantes. También ordenó expulsar a todos los maestros e intelectuales de la ciudad.

Orígenes huyó de Alejandría y viajó a la ciudad de Cesarea, en la provincia romana de Palestina, donde los obispos Teoctisto de Cesarea (c.217-c.258) y Alejandro de Jerusalén (c.189-251) se convirtieron en sus devotos admiradores y le pidieron que pronunciara discursos sobre las Escrituras en sus respectivas iglesias.

Aunque este fue un fenómeno inesperado, especialmente dada la fama internacional de Orígenes como maestro y filósofo, enfureció a Demetrio (c.127-232), quien lo consideró como un debilitamiento directo de su autoridad y emitió un decreto castigando a los palestinos por permitir que una persona no ordenada predicara. Los obispos palestinos, a su vez, emitieron su propia condena, acusando a Demetrio de estar celoso de la fama y el prestigio de Orígenes.

Orígenes obedeció la orden de Demetrio (c.127-232) y regresó a Alejandría, trayendo consigo un antiguo rollo que había comprado en Jericó y que contenía el texto completo de la Biblia hebrea. El manuscrito, que supuestamente había sido encontrado "en un frasco", se convirtió en el texto fuente de una de las dos columnas hebreas de la Hexapla de Orígenes.

Orígenes le pidió repetidamente a Demetrio (c.127-232) que lo ordenara como sacerdote, pero él se negó continuamente. Alrededor de 231, Demetrio envió a Orígenes en una misión a Atenas. En el camino, se detuvo en Cesarea, donde fue recibido calurosamente por los obispos Teoctistus de Cesarea (c.217-c.258) y Alejandro de Jerusalén (c.189-251), que se habían convertido en sus amigos cercanos durante su estancia anterior. Mientras visitaba Cesarea, Orígenes le pidió a Teoctistus que lo ordenara como sacerdote. Teoctistus aceptó gustosamente. Al enterarse de la ordenación de Orígenes, Demetrio se indignó y emitió una condena declarando que la ordenación de Orígenes por un obispo extranjero era un acto de insubordinación.

Eusebio informa que, como resultado de las condenas de Demetrio, Orígenes decidió no regresar a Alejandría y, en su lugar, se estableció en Cesarea.

Demetrio (c.127-232) murió en 232, menos de un año después de la partida de Orígenes de Alejandría.​ Las acusaciones contra Orígenes se desvanecieron con la muerte de Demetrio,​ pero no desaparecieron por completo​ y continuaron persiguiéndolo por el resto de su carrera. Orígenes se defendió en su Carta a los amigos de Alejandría, en la que negó vehementemente haber enseñado alguna vez que el diablo alcanzaría la salvación e insistió en que la noción misma de esto era simplemente ridícula.

En Cesarea

Durante sus primeros años en Cesarea, la principal tarea de Orígenes fue la fundación de una escuela cristiana. Según Eusebio de Cesarea (260/265 - 339), la escuela que fundó Orígenes estaba destinada principalmente a jóvenes paganos que habían expresado interés en el cristianismo, pero que aún no estaban preparados para pedir el bautismo. De esta manera, la escuela pretendía explicar las enseñanzas cristianas a través del platonismo medio.

Orígenes comenzó su plan de estudios enseñando a sus alumnos el razonamiento socrático clásico. Una vez que lo dominaban, les enseñaba cosmología e historia natural. Finalmente, una vez que dominaban todas estas materias, les enseñaba teología, que era la más alta de todas las filosofías, la acumulación de todo lo que habían aprendido previamente.

Con el establecimiento de la escuela en Cesarea, la reputación de Orígenes como erudito y teólogo alcanzó su cenit y se hizo conocido en todo el mundo mediterráneo como un intelectual brillante. Los jerarcas de los sínodos de las iglesias palestina y árabe consideraban a Orígenes el máximo experto en todo lo relacionado con la teología. Los paganos también estaban fascinados por Orígenes.

El filósofo neoplatónico Porfirio (c. 232-304) se enteró de la fama de Orígenes​ y viajó a Cesarea para escuchar sus conferencias.​ Porfirio relata que Orígenes había estudiado extensamente las enseñanzas de Pitágoras (c. 570​ a.C-c. 490 a. C.), Platón (c. 427 a.C-347 a. C.) ​​y Aristóteles (384 a. C.-322 a. C.),​ pero también las de importantes medioplatónicos, neopitagóricos y estoicos, incluido Numenio de Apamea, Cronio, Apolofanes (c. 35 – 25 a. C.), Longino, Moderato de Gades (50-100 d.C), Nicómaco de Gerasa (60-120 d.C), Queremón de Alejandría (c.10 - c. 96 d.C) y Cornuto.

Incluso Eusebio de Cesarea informa que Orígenes fue convocado desde Cesarea a Antioquía por instigación de Julia Avita Mamea (180-235 d.C), la madre del emperador romano Alejandro Severo (208-235), "para discutir con ella la filosofía y la doctrina cristianas".

En 235, unos tres años después de que Orígenes comenzara a enseñar en Cesarea, Alejandro Severo (208-235), que había sido tolerante con los cristianos, fue asesinado, y el emperador Maximino el Tracio (c. 173 - 238) instigó una purga de todos los que habían apoyado a su predecesor.

Sus pogromos tenían como blanco a los líderes cristianos y, en Roma, Ponciano e Hipólito de Roma (c. 170 - c. 235) fueron enviados al exilio. Orígenes sabía que estaba en peligro y se escondió en la casa de una fiel cristiana llamada Juliana la Virgen, que había sido alumna del líder ebionita Símaco.

El amigo íntimo y protector de Orígenes, Ambrosio de Alejandría (c. 212 - c. 250 d. C.), fue arrestado en Nicomedia, y Protoctetes, el sacerdote principal de Cesarea, también fue arrestado.

En su honor, Orígenes compuso su tratado Exhortación al Martirio,​ ahora considerado como uno de los clásicos más grandes de la literatura de resistencia cristiana.​ Después de salir de su escondite tras la muerte de Maximino el Tracio (c. 173 - 238), Orígenes fundó una escuela donde Gregorio Taumaturgo (213-270), más tarde obispo del Ponto, fue uno de los estudiantes. Predicaba regularmente los miércoles y viernes, y más tarde todos los días.

En algún momento entre 238 y 244, Orígenes visitó Atenas, donde completó su Comentario sobre el Libro de Ezequiel y comenzó a escribir su Comentario sobre el Cantar de los Cantares.​ Después de visitar Atenas, visitó a Ambrosio en Nicomedia.

Según Porfirio (232-304), Orígenes también viajó a Roma o Antioquía, donde conoció a Plotino (205-270), el fundador del neoplatonismo.​ Los cristianos del Mediterráneo oriental continuaron asombrados por las enseñanzas de Orígenes, y cuando los jerarcas palestinos se enteraron de que Berilio (obispo de Bostra y uno de los líderes cristianos más enérgicos de la época) había estado predicando el adopcionismo (es decir, la creencia de que Jesús nació humano y solo se hizo divino después de su bautismo), enviaron a Orígenes para hablar con ellos.

Orígenes entabló una disputa pública con Berilio, que tuvo tanto éxito que Berilio prometió enseñar sólo la teología de Orígenes a partir de entonces. En otra ocasión, un líder cristiano de Arabia llamado Heraclas de Alejandría (180-248) comenzó a enseñar que el alma era mortal y perecía con el cuerpo. Orígenes refutó estas enseñanzas, argumentando que el alma es inmortal y nunca puede morir.

En el año 249 se desató la peste de Cipriano y al año siguiente, en el año 250, el emperador romano Decio (201-251), creyendo que la peste se debía a la negativa de los cristianos a reconocerlo como divino, decretó que los cristianos debían ser perseguidos. Esta vez, Orígenes no escapó.

Eusebio de Cesarea relata cómo Orígenes sufrió "torturas corporales y tormentos debajo del collar de hierro y en el calabozo; y pasó muchos días con los pies estirados cuatro espacios en los cepos".

El gobernador de Cesarea dio órdenes muy específicas de que Orígenes no debía ser asesinado hasta que renunciara públicamente a su fe en Cristo. Sin embargo, Orígenes soportó dos años de prisión y tortura, pero se negó obstinadamente a renunciar a su fe.

En junio de 251, Decio (201-251) murió luchando contra los godos en la batalla de Abrito, y Orígenes fue liberado de prisión. Sin embargo, la salud de Orígenes se vio afectada por la tortura física que le infligieron, y murió menos de un año después a la edad de sesenta y nueve años.

Orígenes de Alejandría dedicó su vida a hacer accesibles las evidencias, la razón y las Escrituras a la mayor cantidad de personas posible. Su legado es una excelente respuesta a cualquier afirmación de que el cristianismo primitivo era superficial, supersticioso o antiintelectual, y es una de las figuras más importantes de la Iglesia primitiva.


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