de-Sr. Ricardo Foster
Ricardo Foster Marcial (Funchal, Madeira, Portugal; 5 de octubre de 1808 - Rosario, provincia de Santa Fe, Argentina; 5 de diciembre de 1865) fue un colonizador, empresario, terrateniente, agrimensor y político portugués.
Fundador de San Jerónimo Norte y meritorio en la fundación de la ciudad de Esperanza en la Provincia de Santa Fe, Argentina. [1]
Familia
Ricardo Foster era hijo de Ricardo Foster Clerisseau (1750-1811), cónsul inglés en la región portuguesa de Funchal, y Ana Eufrosina Marcial (c. 1756-?), Portuguesa de ascendencia francesa que a su vez era hija de Ana Joaquina Clerisseau, quien poseía algunos títulos nobiliarios y había huido de París a Funchal escapando de los sans-culottes. [2]
Los padres de Ricardo Foster se casaron el 28 de septiembre de 1806 en Madeira, Portugal y juntos tuvieron 2 hijos: Ricardo Foster (1808-1865) y Ana Foster (1807-?).
Cabe señalar que su padre Ricardo Foster (1750-1811) se casó en secreto con Teresa Margarida Flora (1757-c.1806) unos 4 años antes, el 31 de octubre de 1802, en São Vicente, Madeira, Portugal pero no tuvieron hijos.
Después de la muerte de su esposa en 1805, se casó con la madre de Ricardo, Ana Eufrosina Marcial (c. 1782-?) el 28 de septiembre de 1806.
A su vez, la madre de Ricardo Foster (1808-1865), Ana Eufrosina Marcial (c. 1782-?) se volvió a casar tras la muerte de su esposo en 1811 con Francisco Joao Moniz el 27 de agosto de 1812 en Funchal, Madeira, y juntos tuvieron 3 hijos: João Cyrillo Moniz (1819-1871), Ana Casemira Moniz (c.1824-1890) y José Ricardo Moniz.
Ricardo Foster (1808-1865) se casó en Lisboa con Ana Amalia Kagel (c.1819-?), Portuguesa de ascendencia alemana, alrededor de 1830 y juntos tuvieron 3 hijos: Isabel Foster (1835-1932), Ana Adelina Foster (c.1840-?) y Enrique Foster (1842-1916).
Durante muchos años vivieron en Madeira pero como consecuencia de las Guerras Liberales (1828-1834), también conocida como Guerra Civil Portuguesa, emigraron a Río de Janeiro donde nacieron sus tres hijos. Posteriormente, debido a la epidemia de fiebre amarilla (1849), la familia se trasladó a la República Oriental del Uruguay, donde permaneció un tiempo pero luego se instaló en la República Argentina, precisamente en la provincia de Santa Fe, antes Santa Fe de la Vera Cruz.
Uno de los hijos, Enrique Foster (1842-1916) tuvo un hijo natural con Isabel Llames (1845-?), hija del procurador español José Manuel Llames y Roldán (c.1815-?) y tataranieta de Melchor Maciel del Aguila (1583-1633), un rico terrateniente y comerciante de origen portugués que durante la unión dinástica de su país con la corona española fue uno de los primeros pobladores de Buenos Aires. Sin embargo, Enrique Foster (1842-1916) luego se casó con Adelaida Ponsati Vidal (1847-1916) y fue un colonizador y topógrafo, fundador de Monte Oscuridad y cofundador de la ciudad de Resistencia, Provincia de Chaco, Argentina.
Isabel Foster (1835-1932) se casó con Máximo Fernando de Elía Álzaga (1811-1865), terrateniente de una destacada familia y primo de Justo José de Urquiza (1801-1870), primer presidente de la Confederación Argentina de 1854 a 1860.
Ana Adelina Foster (c.1840-?) era soltera, o al menos estaba en ese estado en 1888, año en que se inició el juicio de sucesión de su padre Ricardo Foster (1808-1865) en la provincia de Santa Fe, cuando ella tenía casi 50 años.
En cuanto al padre de Ana Amalia Kagel (c.1819-?), era hija de João Henrique Kagel, un comerciante alemán originario de Hamburgo que tuvo dos hijos en Portugal, uno de ellos Ana Amalia. Luego se instaló en Río de Janeiro donde fue traductor de muchos idiomas e intermediario de la comunidad alemana y del Emperador de Brasil, Pedro I de Brasil y IV de Portugal (1798-1834).
El 18 de noviembre de 1846 llegó al municipio brasileño de Santa Helena a cargo de Henry Alexander Dewar, artillero del velero Kingfisher.
João Henrique Kagel fue traductor e intérprete jurado para el Imperio de Brasil, según certifica un relato del cónsul de los Estados Unidos, Sr. Gorham Parks (1794-1877), escrito en portugués. En 1859, estaba traduciendo francés, portugués, inglés, español, alemán y holandés.
Para entender cómo ubicar con más certeza el núcleo familiar de Ricardo Foster (1808-1865), rescatando su relación diaria, quizás estos datos puedan ser de interés: el 26 de julio de 1860, Foster donó a Juana y Agueda Santuchos y Carolina Foster (c.1846-1884) una finca para que vivieran, y las rescató cautivas de los indígenas, las educó y cuidó como a sus hijas.
Carolina Foster (c.1846-1884) se casó con Clodomiro Balquín Sarmiento el 4 de junio de 1886 y juntos tuvieron 2 hijos: Ricarda Foster (1864-1887), quien falleció a los 22 años de Tisis y Pedro Ángel Foster (1883-1884) quien falleció con casi 15 meses de vida de tos ferina en la Provincia de Santa Fe, Argentina.
Otro documento muestra a Ricardo Foster cuidando a dos menores, hijos de un padre dispendioso.
Se trata de un convenio con João Henrique Kagel el 1 de junio de 1861 y en el que interviene en representación de su yerno Máximo Fernando de Elía Álzaga (1811-1865). Dicho convenio estipula que Foster, por Elía, pagará $ 3.555 en deudas contraídas por Kagel, con la condición de que renuncie a las propiedades que poseía en el establecimiento Colastiné y cuyos derechos pertenecían a los hijos del mencionado Kagel.
Se acordó que los padres estaban obligados a administrar correctamente sus intereses y que la administración estaba sujeta a la inspección de Ricardo Foster (1808-1865), en cuyo campo al otro lado del río Salado podrían establecerse y llevar allí todo lo necesario para su subsistencia, y la de los menores, hasta que alcancen la edad necesaria para ser administrados directamente.
Cabe señalar que la familia Foster se arraigó definitivamente en la República Argentina, donde actualmente se encuentran sus descendientes, especialmente en Buenos Aires y la ciudad de Rosario en la Provincia de Santa Fe.
Biografía
Ricardo Foster nació el 5 de octubre de 1808 en la isla portuguesa de Madera, en Funchal, el centro de su ciudad capital, y obtuvo la ciudadanía británica por ser su padre cónsul del Reino Unido. Esta isla, que es la más grande de un archipiélago, se encuentra a unos 870 kilómetros al suroeste de Portugal, en el Océano Atlántico y desde antes del descubrimiento de América era escala obligatoria para los navegantes que se atrevían a aventurarse en el Océano Atlántico.
Fue descubierta a principios de la década de 1420. Algunos historiadores afirman que en esta isla vivía el suegro del navegante Cristóbal Colón (1451-1506), llamado Bartolomeu Perestrelo (1400-1457), en su momento dueño de un almacén de suministros para navegantes, y quien presentó a su ilustre yerno para emprender el gigantesco viaje, ya que su contacto permanente con los navegantes le hizo informar de la existencia de "otras Indias".
Según las tradiciones, el propio Colón vivió durante un tiempo en Madeira.
Aunque Ricardo Foster también estudió en Inglaterra, la patria de sus padres, luego se casó con Ana Amalia Kagel (c.1819-?) en Lisboa. El matrimonio se estableció en Funchal, aunque emigraron rápidamente a Río de Janeiro, Imperio del Brasil, debido a las Guerras Liberales (1828-1834), también conocida como Guerra Civil Portuguesa.
No satisfechos con las enfermedades endémicas de la época en la región, como la fiebre amarilla, se asentaron primero en Montevideo, luego en la provincia de Corrientes, lugares donde Foster poseía inmuebles, para instalarse probablemente a principios de la década de 1848 en la provincia de Santa Fe, República Argentina.
El origen inglés de su apellido no requiere más explicaciones y en Madeira fueron muchos los ingleses que se asentaron aprovechando la histórica alianza entre británicos y portugueses.
En los documentos que lo tienen como protagonista en esa provincia argentina, hay giros de redacción que denotan tanto su cultura portuguesa como su cultura inglesa. Sin embargo, no dejó de aprovechar el beneficio de vivir en esa región en ese momento.
Así, en un documento fechado en 1861, en el que reclama una indemnización por los daños sufridos en su establecimiento rural por las tropas del Ejército Nacional al mando de Juan Pablo López (1792-1886), Foster comparece ante un juez que se declara "súbdito británico, propietario y hacendado".
Cabe señalar que Ricardo Foster (1808-1865) fue miembro de la Comisión de Colonización, miembro del Tribunal Consulado y presidente del Club del Orden de la Provincia de Santa Fe, Argentina. [3]
En 1852, en sociedad con Ángel de Arrarte, adquirió una vasta extensión de terreno perteneciente a la capellanía de San Antonio, ubicada al norte de Santo Tomé en la franja occidental del río Salado. En 1854 compró el terreno a su socio. Al darse cuenta de la revalorización del terreno en Santa Fe, adquirió dos estancias. Con el tiempo, compró más tierras con la ganadería como actividad principal.
Tiempo después fue Juez de Paz y Diputado en la Provincia de Santa Fe, aunque se desconoce la fecha. [4]
Fue presidente del Club del Orden desde el 2 de marzo de 1856 al 27 de agosto de 1857, donde participó activamente.
En 1856 fue designado por el gobierno de la provincia de Buenos Aires, presidente de la comisión que garantizaría el cumplimiento del contrato de colonización de la ciudad de Esperanza en la provincia de Santa Fe. [5]
Le correspondían las tareas de señalar con precisión las tierras en las que se llevaría a cabo la colonización; preparar y hacer construir las casas en las que se alojarían los pobladores, recibirlos con sus familias a su llegada a la provincia respectiva, trasladarlos a la colonia luego de cruzar los vados del río Salado, defendiéndolos de posibles ataques de los indígenas, y luego vigilar durante los primeros años el cumplimiento de las condiciones y obligaciones de los contratos de colonización.
En aquellos tiempos, así habló el Juez de Paz de la ciudad de Esperanza sobre Ricardo Foster (1808-1865): [6]
"El abajo firmante es consciente de que, siendo Ricardo Foster, presidente de la comisión de colonización, ha prestado en la formación de esta colonia e incluso posteriormente, notables servicios que lo recomiendan altamente a las consideraciones de Su Excelencia, y que además los colonos han recibido y continúan recibiendo de ella, valiosas ayudas de diversa índole, encontrando en el campo establecimiento que cuenta en las cercanías, estupendas facilidades para brindar animales domesticados".
Tiempo después, adquirió el campo Las Tunas, que se extendía desde el norte de sus campos en Paso Santo Tomé, hasta El Sauce. Las Tunas y San Jerónimo Norte están ahí hoy.
En 1859 hizo delinear estas tierras y allí fue la primera colonia de Argentina en asentarse en tierras de propiedad privada, ya que las anteriores habían sido en tierras públicas cedidas. De hecho, el terreno de San Jerónimo Norte fue fundado sobre terrenos donados a los pobladores, sin perseguir ningún fin lucrativo, como había sucedido en los anteriores mencionados. [7]
En 1862 compró la casa Caja Forense de Santa Fe a Fortunata Morcillo de Echagüe, que luego fue heredada por su esposa e hijos. [8]
Encuentro con Bernardino Rivadavia en 1842
Una eventualidad inesperada brindó detalles sobre la visita de Ricardo Foster (1808-1865) a la finca de Bernardino Rivadavia (1780-1845) en Botafogo. A veces, las pistas históricas aparecen en los lugares más inesperados.
A fines de 1840, el general Juan Lavalle (1797-1841) en guerra contra Juan Manuel Rosas (1793-1877) invadió la provincia de Santa Fe en la República Argentina. Finalmente, derrotado por las fuerzas federales, murió en 1841 en San Salvador de Jujuy. Entre los oficiales de su ejército se encontraba el general de brigada Tomás de Iriarte (1794-1876), quien luego escribió sus extensas Memorias. Acompañando a Juan Lavalle, Iriarte finalmente se fue a Chile y de allí emigró a Río de Janeiro a donde llegó en 1842.
En Río, se relacionó con los emigrantes exiliados que se opusieron a Juan Manuel de Rosas, entre ellos el primer presidente de las Provincias Unidas del Río de la Plata, Bernardino Rivadavia (1780-1845), a quien visitó en su residencia de Botafogo con el colonizador portugués Ricardo Foster (1808-1865).
Escribe: "El día 12 (domingo) visité al señor Bernardino Rivadavia, quien tiene su residencia en Botafogo en una finca bien cultivada que sirve de gran esparcimiento, el señor Margariños me proporcionó su carruaje y me acompañaron el Dr. Varela, su hermano Don Toribio y el comerciante portugués Ricardo Foster. Diré de paso que este excelente compañero para quien traje una carta de presentación de Valparaíso, hizo tantas solicitudes para que me quedara en su casa, que por un deber de cuidado y cortesía me vi obligado a aceptar; y no he tenido motivos para lamentarlo, porque el trato y la franqueza y de su amable y joven compañera me han encantado." (Memorias Del General Iriarte, Tomo II - Página 330).
Y luego: "El tercer día hicimos un recorrido por agua con el Sr. Foster, a Playa de Barreto, al norte de Playa Grande". (Memorias Del General Iriarte, Tomo II - Página 342).
Y finalmente, ya listo para embarcar hacia Montevideo, dice Iriarte: "El ocho después del mediodía estaba a bordo con mi pequeño equipaje: regresé a tierra y me despedí de mis estimados superiores, el señor Ricardo Foster y su esposa, la señora Ana, quienes por sus atenciones y delicadezas han hecho más soportable mi estadía en Río de Janeiro: Nunca olvidaré las bondades que ha tenido conmigo esta interesante familia."
"A las ocho de la noche me acompañaron el señor Foster y el señor Ceijas hasta el muelle de Largo do Passo, y después de despedirme con las más sinceras demostraciones de amistad, abordé un bote". (Memorias Del General Iriarte, Tomo II - Página 342)
Volviendo a la invasión de Juan Lavalle (1797-1841) a la Provincia de Santa Fe, él y su disminuido ejército, del 24 al 25 de noviembre de 1840, en dirección a Córdoba, pasaba por el norte de lo que 18 años después sería la ciudad de San Jerónimo y El Sauce, camino obligado a Córdoba.
Lavalle dice en un informe militar "...El día veinticuatro por la tarde (el ejército) marchó en dirección al Sauce.. el veinticinco, al llegar al Sauce, se presentó un cuerpo de mil hombres de caballería, que se alejó un momento después". (Memorias Del General Iriarte, Tomo II - Página 166)
Tomás de Iriarte (1794-1876), que marchaba junto a Juan Lavalle (1797-1841), no imaginaría que su compañero en Río de Janeiro fundaría una ciudad en los lugares por donde había viajado en tiempos de su agitada vida de participación en las guerras civiles de Juan Manuel de Rosas (1793-1877).
Actuación
Desde el punto de vista económico, Ricardo Foster (1808-1865) se convirtió rápidamente en un terrateniente influyente en la región. Habrá aprovechado el poco valor que tenía la tierra en aquellos tiempos para adquirirla en cantidad considerable.
El 23 de febrero de 1855 se crea un Juzgado de Comercio en la capital y su jurisdicción. Era un tribunal de justicia legal, de equidad, integrado por miembros que no eran abogados en una época de escasez de abogados, y estaba integrado por un prior, dos cónsules, un síndico y sus respectivos lugartenientes o secretarios.
Fueron elegidos entre los que conformaron el denominado "Gremio de Comerciantes y Propietarios de los departamentos de La Capital, San Jerónimo y San José".
El 27 de mayo de ese año, en el Club del Orden, el sindicato se reúne de acuerdo a la convocatoria del gobierno y para elegir a sus autoridades.
En la elección, en la que participaron Caracciolo de Larrechea (1815-?), Miguel Rouvier, Javier Latorre, Tomás Puig, Triburcio Aldao (1816-1871), Domingo Cullen (1791-?), Bartolomé Moreno, Ignacio Crespo (1831-1929), Domingo Crespo (1791-1871), casi unánimemente fue elegido prior del Tribunal Ricardo Foster (1808-1865), quien mediante nota acepta el nombramiento y agradece:
".. Prometo sumar a mi deseo de ser útil en el país donde resido todos mis esfuerzos para llenar el vacío dejado por mis escasos conocimientos .."
Ricardo Foster fue miembro del recién creado Club del Orden de Santa Fe, y durante un período se desempeñó como presidente. Fue elegido el 2 de marzo de 1856, integrando la comisión directiva con José de la Quintana (1810-1881), Pedro Galisteo, Juan Manuel Zavalla (1828-1906), Álvaro José de Alzogaray (1809-1879), Jonás Larguía (1832-1891), entre otros.
El Club del Orden, de reciente fundación, reunió a personas llenas de inquietudes por los nuevos tiempos que se acercaban, y el estatuto da una idea de la movilidad y renovación permanente de sus impulsores, que prescribe un mandato para cada comité directivo de renovación trimestral.
Su afán de progreso muestra a Ricardo Foster interesado en la construcción de un puente sobre el río Salado, que uniría San Jerónimo Norte con Santo Tomé, para no entorpecer la navegación. Teniendo intereses en la margen occidental del río, habría experimentado las molestias y dificultades que traía su paso. Pero el trabajo también sería significativo para el progreso común.
A tal efecto, el 13 de septiembre de 1856 se dirigió al ministro de Gobierno Juan Francisco Seguí (1822-1863), manifestando que su construcción sería de enorme utilidad para el comercio, la tesorería y otras ramas de la administración pública.
Como empresario ofrece construirlo en un plazo de dos años y para ello propone la formación de un capital de $ 35.000.- para integrarse con accionistas residentes, la mayoría de ellos en la Provincia, emitiendo acciones de $ 100 pesos cada uno.
Como compensación y considerando que tendría que realizar desembolsos adicionales que no estarían incluidos en el presupuesto antes mencionado, solicita al Gobierno que le otorgue la propiedad "... 8 leguas cuadradas al norte de esta ciudad y en la costa del río Paraná, o en sus brazos, para un criadero de ganado vacuno y ovino; y diez leguas cuadradas en las inmediaciones del puente y de este lado del río Salado en terrenos de propiedad pública".
En la nota, escrita de su mano, también dice que a pesar de las dificultades, desea ver progresar esta ciudad, "... que elegí para vivir".
¿Cómo se recuperaría la inversión y de dónde vendrían las ganancias? Solicita que se cobre un peaje por un plazo de veinte años.
Acompaña un informe técnico donde se indica que el puente se construiría en el lugar denominado "El oratorio de Santo Tomé, sus estacas serían de fuerte madera y pilares de piedra, detallando, además, medidas y otras características técnicas".
Afirma que acompaña un plano de obra, plano que lamentablemente no se encuentra entre la documentación del expediente.Se desconoce qué sucedió con esta propuesta de Ricardo Foster porque en el proceso administrativo no hay otro trámite que la respuesta del gobierno.
Pero sobre el tema, el viajero inglés Tomás Hutchinson en su obra "Descripción de varias provincias argentinas", al hablar de Santa Fe dice: "... en su lado occidental está la laguna del río Salado, cerca de la cual el río desemboca en el río Paraná. A veces es solo un pantano, y con frecuencia casi seco: cuando lo vi en diciembre de 1862 era una gran lámina de agua. Entre estas dos lagunas se encuentra el camino a las colonias de Esperanza, San Jerónimo, San Carlos y San Pedro, y pasando un puente que cruza el Salado y que fue construido por los señores Foster y compañía."
En 1856, hay un camino que va de Coronda a Rosario, y está construido de madera, con un rastrillo elevado para permitir que los barcos suban y bajen. Tiene treinta metros de largo y veinticuatro de ancho, el paso de la portilla tiene treinta y cinco pies de ancho, suficiente para cualquier vapor que pueda utilizarse en la navegación del Salado.
Durante la estadía en Santa Fe, se dijo que este puente estaba completamente bajo el agua, y que los caballos debían nadar parte del camino, incluso al cruzarlo. Lejos de que esto sea cierto, todo el puente está a más de dos metros del agua, y don Gregorio Lisiño, quien cobra el peaje, dijo que según se supo, no se había inundado en tres años.
En consideración a su condición de propietario, el 7 de septiembre de 1857, el Gobierno lo nombra para integrar una comisión del departamento de La Capital cuya tarea sería "la regulación de capital, inmuebles y ganadería, y el cobro de la tasa que a cada uno le corresponda", es decir, encargado de fijar tasaciones y cuotas de impuesto predial e impositivo. Sin embargo, no todas sus funciones deberían estar relacionadas con lo económico.
Por decreto del gobernador Juan Pablo López (1792-1886), el 16 de diciembre de 1857, fue designado miembro de una comisión que recibirá suscripciones para erigir un monumento al general de brigada Estanislao López (1786-1838).
Finalmente, las últimas acciones de Ricardo Foster en la función pública en la provincia de Santa Fe, consisten en su desempeño como Juez de Paz de la ciudad capital, a partir del 5 de enero de 1859 y en una comisión comisionada por el Jefe de Policía, Carlos B. Seguí, quien tuvo que estudiar la formación de un cuerpo de vigilantes.
Ricardo Foster & su importancia en la Historia de la Provincia de Santa Fe, Argentina
El gran movimiento colonizador se inició en la República Argentina con el establecimiento de la colonia Esperanza en 1855 y 1856, la segunda e inmediata colonia agrícola en el centro de la Provincia de Santa Fe fue San Jerónimo, erigida entre septiembre de 1857 y agosto de 1858, época en la que llegaron las primeras cinco familias suizas.
Mucho se ha escrito sobre el origen y otras vicisitudes y tribulaciones de Esperanza y sobre su impulsor, el empresario Aarón Castellanos (1799-1880), a quien hay que reconocer por sus arduos esfuerzos propagandísticos en Europa para conseguir inmigrantes. Pero entendemos que aún no se le ha hecho justicia al destacado colonizador, Ricardo Foster (1808-1865), quien actuó en esta primera etapa de colonización en Santa Fe, Esperanza y San Jerónimo, por un período de unos diez años y hasta su relativamente temprana muerte.
Ricardo Foster fue un precursor avanzado, en una época que se sitúa alrededor de treinta y cinco años antes de la famosa década de los 80', y su generación sentada, paradigmas del inicio de la Argentina moderna.
Ha tenido que actuar en el fin de la sociedad pastoril previa a la Batalla de Caseros (1852), con sus inveteradas costumbres aún vigentes, aunque ya en rápida transformación hacia los nuevos sistemas económicos y políticos que se esperaban en el país del capitalismo liberal emergente.
El gobierno de la provincia donde vivía y trabajaba, seguía apegado a las formas anteriores, casi diríamos a la sociedad colonial y por tanto carecía de la estructura administrativa adecuada para afrontar las nuevas condiciones. De tal manera, tuvo que apelar a continuas improvisaciones con todos los errores inherentes a la nueva situación, lo que no impidió que los gobernantes de la época se dieran cuenta de las tres o cuatro ideas claras y diferentes que tenían sobre la etapa que comenzaba en Argentina.
Sociedad entre Ricardo Foster & Máximo Fernando de Elía Álzaga
Ricardo Foster logró buenas amistades y un vertiginoso ascenso social y económico, incorporándose al Club del Orden junto a otras personalidades de prestigio como Juan Francisco Seguí (1822-1863), en ese momento vicepresidente de la Cámara de Diputados de la Confederación Argentina. [9]
Fue nombrado superior del Tribunal Comercial, vicepresidente y luego presidente del Club del Orden, presidente de la Comisión Especial para los preparativos de la colonia Esperanza en la provincia de Santa Fe, y otros numerosos cargos públicos.
En referencia a Máximo Fernando de Elía Álzaga (1811-1865), nació en Buenos Aires en 1811 en el seno de una destacada familia, siendo sus padres Ángel Mariano Roque de Elía García de Zúñiga (1771-?), destacado jurista que fue miembro de la Asamblea del Año XIII, y María Isabel Eugenia de Álzaga Cabrera (1786-1858), una de las más poderosas terratenientes de la costa de la República Oriental del Uruguay.
Con Ricardo Foster mantuvo una sociedad comercial hasta el 28 de septiembre de 1863, cuando la disolvieron y procedieron a distribuir las numerosas propiedades comunes, incluido el campo denominado "Tunas" donde se instaló la colonia San Jerónimo, y que ha permanecido desde entonces para de Elía Álzaga.
Unos meses antes, el 7 de enero de 1863, Máximo se había casado con Isabel Foster (1835-1932), hija de Ricardo Foster, y murió dos años después, el 24 de junio de 1865 a la edad de 54 años.
No es fácil rastrear las compras y ventas de terrenos públicos realizadas por estos socios, ya que muchas de estas operaciones se realizaron a través de terceros. Sin embargo, en el corto período comprendido entre febrero y septiembre de 1857, Máximo Fernando de Elía Álzaga y Ricardo Foster completaron la adquisición al Gobierno de Santa Fe de al menos siete campos fiscales con un área de más de ochenta leguas de terrenos públicos (unas 216.000 hectáreas), incluyendo el ya mencionado campo Las Tunas en la Provincia de Santa Fe. [10]
Recuerdos de un Hacendado
Ya hemos señalado que Ricardo Foster con su familia se había asentado en Montevideo y Corrientes, lugares donde adquirió tierras. Pero también era propietario en Misiones y Buenos Aires, aunque ya en 1858 había comenzado a enajenar estos bienes, bien porque quería hacer de Santa Fe el centro de sus intereses, o porque desde la distancia era prácticamente imposible atenderlos.
El 25 de septiembre de 1858 Foster, "natural de la isla de Madera", ratificó en Santa Fe una escritura otorgada en Buenos Aires por su apoderado, socio y yerno Máximo de Elía Alzaga (1811-1865). En él vende a Juan y Nicolás Anchorena (1785-1856) un campo llamado "Quiñones", ubicado en el departamento de San Jerónimo, apto para pastoreo y de cinco leguas de frente por tres leguas de profundidad.
En la Provincia de Santa Fe, su principal establecimiento de campo estaba ubicado en Santo Tomé y formaba parte de la antigua finca de los jesuitas. Esta propiedad fue adquirida en sociedad con Ángel de Arrarte quien, a su vez, la había adquirido en 1852 del sacerdote José María Gelabert y Crespo (1820-1897), obispo de Paraná cuya jurisdicción incluía a Santa Fe, y por disolución de esta sociedad, le quedaba a Ricardo Foster (1808-1865) que la iba ampliando a través de sucesivas compras realizadas a pequeños terratenientes vecinos.
Después de los jesuitas, la mayor parte del campo había sido adquirida por Francisco Socano Frutos en 1772 y por Gabriel de Lassaga (1726-1791) en 1774, a la Junta de Temporalidades, encargada de la liquidación de la propiedad de los expulsados. El terreno tenía una superficie de unas dos leguas cuadradas y su extremo sureste se encontraba en la confluencia del arroyo El Vado con el río Salado.
El 12 de febrero de 1857, Ricardo Foster denunció la adquisición de un terreno fiscal en el río San Javier por $ 600, propuesta que fue aceptada por la Provincia. Tenía tres leguas de frente por seis de fondo según la nota de presentación de la denuncia y la Provincia la entregó como parte del pago de la mayor cantidad que adeudaba. Este terreno pasó luego a su yerno y socio Máximo de Elia y seguramente hubo adquisiciones posteriores que aumentaron su extensión, ya que cuando se terminó judicialmente en el testamentario de Elía en 1869, se designó con un área de 47 leguas cuadradas.
El 3 de julio de 1857 también denunció la adquisición de un terreno fiscal en la franja occidental del Salado, noroeste de Santa Fe, conocida como "Las Prusianas" y "Cañada de las Palomas", ubicado fuera de los cantones o destacamentos militares que en ese tiempo debió ser "El Sauce" o el del "Capitán Reyes o Iriondo".
Formaba un cuadrado de cuatro leguas de lado y por su precio de $ 800 también está descontando "... dicha suma de las cantidades que el suplicante es acreedor por las grandes pérdidas que acababa de sufrir en el ganado que recientemente introducido en la provincia ..." Elía también pasó por este campo pero este fue rematado en sucesión junto al campo ubicado en el río San Javier.
Se midió en agosto de 1865 y con sus 16 leguas cuadradas cubriría parte de los actuales distritos de Santa María, Humboldt y Pilar.
El 17 de septiembre de 1857, Ricardo Foster adquirió un campo fiscal ubicado al poniente de su establecimiento en Santo Tomé, vía en cuyo extremo occidental se medirían las concesiones destinadas a la ciudad de San Jerónimo. Lo compró por $ 400 y tenía dos leguas de lado. En parte de este campo también se estableció la colonia Las Tunas, que toma su nombre de este campo, pues uno de sus promotores, Tomás Cullen, el 13 de julio de 1865 lo adquirió judicialmente al testamentario del fallecido Máximo de Elía Alzaga (1811-1865).
Concluyamos que Ricardo Foster, como terrateniente, era proveedor de ganado para los destacamentos militares de la Frontera Norte de Argentina y el 30 de noviembre de 1858 el Gobierno Nacional por el momento no pudo atender su pago, que a la fecha constituía la suma de $ 1.355. Y en un documento fechado en septiembre de 1864 se hace referencia a un desvío a la orden de Ricardo Foster (1808-1865), del 12 de julio de 1861 y por $ 200, valor de la carne provista para los vigilantes y la música de la ciudad, dinero que se le pagó a su hijo Enrique Foster (1842-1916), el 26 de diciembre de 1866, a la edad de 24 años y cuando su padre ya había muerto.
Propiedades adquiridas entre Febrero & Septiembre de 1857
Campo sobre el Río San Javier
El 11 de febrero de 1857, el Coronel Rosendo María Fraga, prestando su nombre a Máximo Fernando de Elía Álzaga como se verá más abajo, solicitó que el Gobierno le vendiera un terreno fiscal de 4 leguas de frente sobre el Río San Javier y fondos hasta el Saladillo.Justificaba su solicitud en que deseaba "...formar un establecimiento para cría de ganados en la campaña del Norte de esta ciudad, sobre la costa del Río denominado San Javier, y hallándose baldío un terreno sobre la costa del Paraná que en esa altura tiene la denominación indicada en ese brazo de él, el cual tiene su frente a la Islería que forma el brazo citado y el principal cruce del Río; compuesto de cuatro leguas al Norte de la Isleta donde tuvo chacras, años atrás, el individuo Ramón Isidro Rojas, debiendo completarse dichas cuatro leguas al Norte con sus fondos hasta el Saladillo".
Propuso comprarlo a un valor equitativo, que fue fijado por el Gobierno de Juan Pablo López en 200 pesos por cada una de las cuatro leguas de su frente, o sea 800 pesos [11], ordenándose la escrituración a nombre de Rosendo María Fraga.Años después, y ya disuelta la Sociedad de Foster y de Elía, la testamentaría de este último revalida el título de dicho campo, "...comprado por Rosendo María Fraga como apoderado de Máximo Fernando de Elía Álzaga". [12]
Campo sobre el Río San Javier
Al día siguiente, el 12 de febrero de 1857, Ricardo Foster se presentaba ante el Gobierno pidiendo que se le vendiera un terreno fiscal vecino al recién denunciado por Rosendo María Fraga, "...teniendo en vistas, en lo más pronto posible formar un establecimiento de cría de ganado en la campaña al Norte de la Ciudad".
Este terreno de propiedad pública tenía 18 leguas cuadradas (una extensión de 48.600 hectáreas) "...sobre la costa del brazo del Río Paraná, al que titulan Río de San Javier, con frente a la Isleria que forma dicho Río, dando a este tres leguas de frente, arrancando estas desde la Isleta en la tierra firme donde tuvo chacras años atrás Ramón Isidro Rojas, hacia el Sur hasta completar dichas tres leguas, con seis de fondo al Poniente, lindando por el Norte con terrenos que compró al Excmo. Gobierno el Coronel D. Rosendo María Fraga, Sur y Poniente con terrenos de propiedad pública".
Ofrecía 600 pesos (igual que lo ofrecido por Fraga, 200 pesos por cada legua de frente), y pidió que se los descontaran de la suma que le debía el Tesoro Provincial. [13]
Consultado el Colector de Hacienda, resultó que Foster era acreedor del Erario Público en 3.282 pesos por su actuación como Presidente de la Comisión Especial para la Colonia Esperanza, y 1.187 como acreedor privado, alcanzando ambas sumas la cantidad de 4.870 pesos. [14]
Luego de recibir dicho informe, Juan Pablo López aprobó la venta en las condiciones solicitadas.Al disolverse la Sociedad de Foster y de Elía en Septiembre de 1863, las 18 leguas de aquel campo quedaron para este último. [15]
Campo sobre el Río San Javier
El 21 de abril de 1857 Ricardo Foster, mencionando en su nota que actuaba como representante de Máximo Fernando de Elía Álzaga, solicitaba en compra un terreno fiscal de 3 leguas de frente por 4 de fondo, lindero al norte con los terrenos adquiridos por él mismo dos meses atrás.
Omitiendo que el 11 de Febrero Fraga había adquirido ya tierras para el mismo de Elía, expresaba que "...teniendo su poderdante [de Elía] vistas de establecer en esta Provincia un establecimiento de criadero de ganado vacuno y lanar, y no teniendo en ella campo (sic)", denunciaba un terreno "...sobre la costa del Río Paraná, que titulan Río de San Javier con frente a la Islería que forma dicho Río, lindando por la parte del Norte con terreno del que firma [Foster], Sur y Poniente con terrenos de propiedad pública, dándose a dicho terreno un frente de tres leguas y cuatro de fondo, por el que ofrezco al Excmo. Gobierno la suma de seiscientos pesos", o sea nuevamente 200 pesos por cada legua de frente, oferta que aceptó el Gobernador Juan Pablo López. [16]
Campo Quiñones
El 5 de junio de 1857 Ángel de Arrarte, en representación de Ricardo Foster y "...pretendiendo establecer en esta Provincia un establecimiento de ganado vacuno y lanar, y no teniendo en ella campo (sic), y estando el Gobierno autorizado para vender los de propiedad pública, hago denuncia de un área de cuatro leguas de frente y otras tantas de fondo, ya sea en la cañada de los Corralitos, o al Oeste de los terrenos que quedan sobre la cañada de las Saladas en el Departamento de San Jerónimo; cuyos terrenos estando muy afuera y muy expuestos y sin la calidad de los terrenos que están sobre la costa, ofrezco por su área al Excmo. Gobierno la cantidad de ochocientos pesos", como en las compras anteriores, 200 pesos por cada legua de frente.
El Gobierno aprobó la venta de este terreno denominado Quiñones, con la condición de que en los doce meses siguientes se lo poblara con hacienda.
Al abonar los 800 pesos, Ángel de Arrate aclaraba que "...no es más que el representante del citado Foster", a nombre de quien se extendió luego la escritura. [17] Poco tiempo después en septiembre de 1859, Máximo Fernando de Elía Álzaga y Ricardo Foster vendían en Buenos Aires el campo "Quiñones" comprado al Fisco por ochocientos pesos ($800), en la suma de catorce mil cuarenta y nueve pesos ($14.049) a los señores Juan y Mariano Nicolás de Anchorena (300.000 pesos papel moneda corriente de Buenos Aires, al cambio de 21,45 pesos) obteniendo con esta operación inmobiliaria el 1.600% del capital invertido (14.049 - 800 = 13.400 pesos), tal vez la operación inmobiliaria más importante de la historia de la Provincia de Santa Fe. [18]
Campo de las Prusianas y Cañada de las Palomas
El 3 de julio de 1857 Ricardo Foster se presentaba ante el Gobierno diciendo "Que hallándose establecido en esta Provincia con un establecimiento de pastoreo de ganado vacuno y equino en la Banda Occidental del Río Salado la naturaleza del campo no favorece el fomento de la cría de ganado lanar, y como el suplicante tenga las mejores proporciones (sic) de introducir a la Provincia esa calidad de ganado de la mejor raza, suplica a V. E. se sirva venderle uno de los campos realengos que pueda llenar su objeto, y al efecto considerando bueno uno que se halla afuera de cantones al Noroeste de esta Ciudad, a la parte occidental del Río Salado, conocido por Las Pursianas (sic) y Cañada de las Palomas, hago del mismo formal denuncia".
Solicitaba 4 leguas de frente al Este por otras 4 leguas de fondo al Oeste, y siguiendo con la conducta de ofrecer 200 pesos por cada legua de frente, ofrece por aquellas 32.400 hectáreas el monto de 800 pesos, nuevamente"...pidiendo a V. E. la gracia de descontar dicha suma de las cantidades que el suplicante es acreedor al Erario de la Provincia en atención a las grandes pérdidas que acaba de sufrir en el ganado que acaba de introducir a la Provincia".
El Gobierno acepta su oferta, quedando obligado el comprador a poblarlo en 12 meses con hacienda de pastoreo. [19]
En 1863, Ricardo Foster le transmite también esa propiedad a su socio Máximo Fernando de Elía Álzaga. [20]
Campo Colastiné
El 23 de julio de 1857 Ricardo Foster manifestó que deseaba "... formar un establecimiento de pastoreo en los campos de esta provincia, y encontrándose como baldío en la región llamado Colastiné, compuesto de dos leguas de frente y cuatro de fondo", solicitó al Gobierno la venta de esos terrenos de propiedad pública. [21]
Dos años después, el 27 de septiembre de 1859, Foster pagó a la Colecturía General de Hacienda la suma de 1.200 pesos por esas 8 leguas del campo Colastiné.
El 24 de octubre de 1867 el testamentario de Máximo Fernando de Elía Álzaga revalidó los títulos de esta propiedad que le fue otorgada el 23 de septiembre de 1863 por disolución de la Sociedad entre Foster y Elía. [22]
Campo Sin Nombre
En 1857, Rosendo María Fraga denunció un campo fiscal en San Jerónimo de 5.800 varas de frente por 24.000 de fondo (unas 20.000 hectáreas), limitando al norte con las tierras de los herederos del brigadier Estanislao López, al este con tierra de la costa, y al sur y oeste con más terrenos fiscales.
El 27 de abril de 1860, como gobernador Rosendo María Fraga, ordenó la mensura y escritura de las tierras a su nombre, aunque esas tierras habían sido vendidas previamente al teniente coronel Juan Basualdo. [23]
El 24 de octubre de 1867 el heredero de De Elía presentó los títulos correspondientes al Departamento de Topografía, demostrando que mediante un arreglo realizado el 20 de octubre de 1863, Rosendo María Fraga había cedido la propiedad a su padre Máximo de Elía. [24]
Años más tarde, el mismo Departamento de Topografía informó que "... después de que el Dr. Nicanor Zenón Carlos de Elía fuera reconocido como heredero único y universal mediante una declaración de herederos fechada el 22 de noviembre de 1883, por el Juez de Buenos Aires, Dr. Miguel Fernández, y habiendo comprobado este heredero que dichos terrenos no existían porque el Gobierno se los había vendido a José Basualdo, el Dr. Elía se presentó ante el Gobierno solicitando la indemnización correspondiente, y luego de ser reconocidos sus derechos los transfirió al Dr. José L. Tuells por escritura de 16 de diciembre de 1896 ante el escribano de Rosario Ricardo Rivarola". [25]
El informe continuaba diciendo "El 22 de diciembre de 1896, el Gobierno pagó al Dr. Tuells el monto del terreno faltante, la suma de 470.000 pesos, de los cuales 400.000 en títulos de deuda consolidados, y 70.000 a plazo de tres, seis, nueve y doce meses". [26]
Campo Las Tunas
El 17 de septiembre de 1857 Ricardo Foster adquirió 4 leguas de propiedad pública ubicada al fondo de su campo al otro lado del río Salado. [19] Una vez realizada esta nueva solicitud de compra, ofrece la medida de 50 concesiones para asignarlas a pobladores espontáneos, en lo que luego se denominó la colonia San Jerónimo.
El precio de compra fue el mismo que en transacciones anteriores, 200 pesos por legua de frente. [28]
Fundación de San Jerónimo Norte
En el sentido formal, la fundación de esta ciudad se debe a la actividad de una comisión y, en consecuencia, al propio Gobierno de la Provincia.
La Comisión de Inmigrantes Espontáneos, que se ocupa de ella, fue creada en julio de 1857 durante el gobierno del general Juan Pablo López (1792-1886) y estaba integrada por Álvaro José de Alzogaray (1809-1879), Luis Parma y Ricardo Foster (1808-1865), quien fue designado presidente.
Su finalidad era, y su nombre lo indica, lograr ubicaciones para los pobladores que acudían a conocidos y familiares.
He aquí, entonces, que San Jerónimo nace o, en cierto sentido, es el resultado de la expansión de la propia Esperanza, poniéndose de manifiesto una de las falacias de esta colonia: la falta de tierras.
El Gobierno impidió las bases legales para el funcionamiento de la Comisión de Inmigrantes Espontáneos mediante la promulgación, el 2 de agosto de 1857, de la Ley de Donación de Tierras, que autorizó al Poder Ejecutivo a donar terrenos a las familias de pobladores espontáneos en concesiones que no debían exceder las veinte cuadras "... sin exigir compensación de ningún tipo", ley que luego se extendió a los ciudadanos de Argentina y especialmente a los recién llegados a la Provincia de Santa Fe.
Es de interés el desempeño de Ricardo Foster (1808-1865) como presidente de la Comisión, ante el acuciante problema de la llegada de pobladores espontáneos. El 5 de septiembre de 1857 el Gobierno propone, a título privado, comprarle un terreno público ubicado en las inmediaciones del reducto indígena de San Jerónimo del Sauce, por $ 400 y desde este terreno, en su extremo occidental, a donar cincuenta concesiones al fisco para instalar colonos. El proyecto prosperó y es aceptado.
Ante la notificación del ministro de Relaciones Exteriores, Juan María Gutiérrez (1809-1878), de que Juan José Vanderest enviaría a Rosario desde el Puerto de Dunkerque 200 inmigrantes libres de cualquier compromiso con empresas colonizadoras, que abandonarían Europa a principios de marzo de 1856, [29 ] el Gobierno Provincial nombró una comisión en Rosario para recibirlos, acogerlos y conseguirles pronta colocación y trabajo. [30]
Vanderest, como cónsul de la Confederación Argentina en Dunkerque, continuó enviando inmigrantes espontáneos, como los 150 jóvenes que llegaron a Paraná en agosto de 1856, que rápidamente fueron empleados como artesanos o para tareas agrícolas. [31]
La sociedad Beck y Herzog, conocida como Carlos Beck Bernard (1819-1900) y Aquiles Herzog, también había traído familias de inmigrantes, algunas de las cuales pudieron establecerse en la ciudad de Esperanza en la provincia de Santa Fe, cuando el Gobierno les otorgó las concesiones 5 y 6, [32] lo que generó una enérgica protesta de los administradores de dicha colonia.
El 28 de julio de 1857, ".. cuando la inmigración de familias campesinas europeas comenzaba a fluir hacia el territorio de la Provincia, y el Gobierno esperaba que encontraran todas las facilidades para su temprano establecimiento y las tierras adecuadas para el ejercicio de su industria", Juan Pablo López (1792-1886) nombró una Comisión de Inmigración en la capital para recibir y ubicar a las familias agrícolas europeas que llegaban espontáneamente a la provincia. [33]
La Comisión de Inmigración estuvo presidida por Álvaro José de Alzogaray (1809-1879), acompañado de Ricardo Foster (1808-1865) y Luis Parma, cuya función consistiría en elegir "... las tierras del Estado que son más aparentes para la agricultura y que tengan las demás cualidades esenciales para el establecimiento de colonias agrícolas de inmigrantes espontáneos".
En su sesión del próximo 11 de agosto, la Asamblea Legislativa sancionó que "el Poder Ejecutivo está autorizado a donar terrenos a las familias de inmigrantes espontáneos, en concesiones que no excedan de veinte manzanas cuadradas, sin exigir compensación de ningún tipo". [34]
En cumplimiento del decreto del 28 de julio, el 24 de agosto con la firma de su presidente Álvaro José de Alzogaray (1809-1879), y la de Luis Parma y Ricardo Foster (1808-1865), la Comisión de Inmigración informó al Gobierno que "... después de haber tomado los conocimientos necesarios para investigar el lugar más aparente para dar acogida a las primeras familias que ya están en él, y las que siguen llegando desde Europa, es hoy capaz de establecer el lugar más inmediato a esta colonia donde hay suficientes terrenos de propiedad pública y hoy completamente desocupados: Este terreno es el que se muestra al norte de esta ciudad, al final de las fincas de propiedad privada y que se limita al Este por el camino de Ascochingas, al Oeste por el camino de Duarte y al Norte por el camino de Aguiar.
Pero para que la Comisión proceda lo antes posible a colocar en dichos terrenos las familias que se encuentran en él, en número de siete, y las que vienen a partir de ahora, es imprescindible que el Gobierno Superior ordene realizar la medición de la parcela mencionada midiendo el perímetro exterior de la misma y subdividiendo todo el terreno en tramos de veinte manzanas cuadradas componiendo dichos fraccionamientos de manera distinta para poder dar posesión de a las familias inmigrantes, de inmediato, para poder cumplir sin demora los fines benéficos del Gobierno, llenando también la Comisión que suscribe tan grato deber.
La Comisión también cree oportuno en esta ocasión indicar respetuosamente al Gobierno Superior que considera muy conveniente que un grupo de cincuenta familias se coloque en el lugar indicado, y que el siguiente grupo, también de cincuenta familias se coloque en la colonia de El Sauce y otra en San Pedro." [35]
Tres días después se les respondió que "... el Gobierno acepta las indicaciones de la Comisión de Inmigración, y la autoriza a realizar la medición y demarcación de los terrenos elegidos, siendo el Gobierno responsable de los honorarios del Agrimensor Público que se haga cargo de dicha operación". [36]
Así, el 27 de agosto de 1857 se aprobó oficialmente la fundación de la colonia que luego se llamaría San Jerónimo Norte. [37]
Posiblemente para evitar las quejas de los campesinos por no recibir el mismo trato que se le da a los colonos europeos, el 28 de agosto la Legislatura aprobó otra ley donde "... la gracia otorgada a las familias de inmigrantes espontáneos en la ley del 11 del actual, se extenderá a todos los argentinos, y en especial a los niños de esta provincia". [38]
Mensura del Campo Las Tunas
El 19 de septiembre de 1857 el Ministro Carlos Seguí comunicó al Comisionado del 2° Distrito, 2° Sección, Manuel Godoy, que "para dar cumplimiento al decreto superior del Gobierno de 17 de septiembre, por el cual se han vendido cuatro leguas de campo a Ricardo Foster demarcadas en la solicitud que tendrá a la vista, es necesario comparecer para presenciar la medición ordenada, que el agrimensor público Eduardo Saint Remy practicará, luego de la citación de los límites correspondientes, informando el cumplimiento en tiempo y forma". [39]
El 22 de septiembre el agrimensor Saint Remy "... autorizado por orden superior el 20 del mismo mes para medir y delimitar un terreno patriótico que Ricardo Foster había comprado al Estado el 17 de septiembre del presente año, que consta de dos leguas orientadas al Este con el mismo trasfondo al Oeste, limitando al Oeste, Norte y Sur con tierras del Estado y al Este con otras tierras de propiedad del comprador", dio inicio a la mensura de la mencionada tierra.
Por contradecir los términos del decreto del 17 de septiembre [40], el agrimensor Eduardo Saint Remy aclaró que "a pedido del señor Ricardo Foster, se midieron y marcaron sesenta y cuatro lotes de campos al oeste de esta tierra, destinados a pobladores espontáneos, cuatro leguas de frente y cinco leguas de fondo, y entre estas las ocho fincas centrales de cuatro leguas de frente de igual profundidad, como lo evidencia el plano cuyo original se adjunta". [41]
Ricardo Foster (1808-1865) reservó para su asociación con Máximo Fernando de Elía Álzaga (1811-1865) las 14 concesiones más valiosas ubicadas en el centro de la colonia, que luego fue dividida por ellos en dos sectores de 25 concesiones cada uno, ubicados en los extremos sur y norte de ese terreno. [42]
Disolución de la Sociedad
El 28 de septiembre de 1863, Ricardo Foster (1808-1865) y Máximo Fernando de Elía Álzaga (1811-1865) resolvieron disolver la sociedad que mantenían y dividir los activos adquiridos entre ellos, dejando a de Elía Álzaga entre muchas otras propiedades con el campo Las Tunas, comprado por ambos el 17 de septiembre de 1857, y con 12 de las 14 concesiones que habían medido en el centro de San Jerónimo Norte. [43]
Las otras 2 concesiones habían sido previamente donadas al agrimensor Eduardo Saint Remy, quien las había medido a pedido expreso de Ricardo Foster y que posteriormente fueron vendidas a los señores Lorenzo Acosta y Juan B. Vigo. [44]
Según el Departamento de Topografía, de las 144.000.000 de varas cuadradas (10.800 hectáreas) que componían ese terreno, se debieron descontar 23.180.300 varas cuadradas para las 50 concesiones de San Jerónimo Norte, y las 835.000 varas donadas al agrimensor Saint Remy, quedando para el socio Máximo Fernando de Elía Álzaga 119,984,300 varas (3 y ¼ leguas cuadradas, equivalentes a 8.800 hectáreas).
Por decretos de 12 de diciembre de 1863 y 25 de agosto de 1865, el gobierno de la provincia de Buenos Aires ordenó la ampliación de los límites de San Jerónimo hacia el este, ocupando otras 28,184,300 varas cuadradas del campo Las Tunas con concesiones pertenecientes a Máximo Fernando de Elía Álzaga (1811-1865). Tras su muerte en junio de 1865, sus herederos vendieron el campo al señor Tomás Cullen, quien según el Departamento de Topografía "... hicieron un relevamiento judicial en 1868, al que resultó faltar el área que se ha mencionado, de 28.184.300 varas cuadradas", solicitando al Gobierno la correspondiente indemnización, que les fue otorgada por la ocupación indebida de su campo. [45]
Meritorio en la Fundación de Esperanza
Con el establecimiento de Esperanza y luego San Jerónimo, comienza la primera etapa de la colonización argentina y quizás la más feliz, ya que el bajo valor de la tierra en la década de 1850, favoreció el sistema de otorgarla o entregarla en "concesiones" a los pobladores. Estas concesiones consistían en un área de 20 leguas cuadradas, equivalente a 33 hectáreas; generalmente se entregaban a cada familia y luego de cinco años de cultivo y asentamiento, cuatro en el caso de San Jerónimo, el Estado extendía el título del dominio.
Es decir, hubo una donación llana y simple de la tierra, pero la progresiva revalorización de las tierras agrícolas llevó al abandono de este sistema.
Ahora la tierra fue cedida a las famosas empresas colonizadoras que no defendían el interés público como se hacía hasta ese momento, ni eran una sociedad de caridad, sino que actuaban con fines meramente lucrativos, llegando a desplumar a los pobladores.
Ricardo Foster (1808-1865) tiene el mérito del patrimonio hecho en esa etapa inicial y efímera, y siendo terrateniente actuó como promotor y organizador oficial de la colonización. No obtuvo beneficios económicos inmediatos pero su propósito fue el desarrollo de las colonias agrícolas que finalmente lo beneficiarían, por supuesto como propietario vecino, pero también los intereses generales de la provincia y la comunidad por el progreso y la seguridad que le correspondería.
Por eso, Foster debe diferenciarse claramente de otros colonizadores, porque su acción se distingue perfectamente de la de Carlos Beck Bernard (1819-1900), Lehmann, Enrique Vollenweider (1824-?) e, incluso, de Aaron Castellanos (1799-1880). Y para prueba de ello, basta con ver quiénes son los demandantes en los juicios que se interponen contra los colonos, ya sea por deuda de adquisición de tierras, o por otras obligaciones contractuales, pasando por las listas de expedientes civiles de la época. No encontramos demandas de Foster o sus sucesores.
Su acción a favor de Esperanza comienza formalmente el 24 de agosto de 1855 cuando el gobernador José María Cullen (1823-1876) lo designa como miembro de una Comisión Especial integrada por "... cinco personas cuyo propósito será presentar a la aprobación del Gobierno un proyecto para la construcción de las habitaciones de los colonos y ejecutarlo, adecuándose también las medidas encaminadas al cumplimiento religioso de las estipulaciones suscritas entre el Gobierno de la provincia y el ciudadano Aarón Castellanos (1799-1880)".
El 25 de agosto, Foster responde a la cita indicando, entre otras cosas, que "... la honorable distinción que tengo la fortuna de merecer del superior Gobierno y el deseo de contribuir con lo que esté a mi alcance a la prosperidad de la provincia que se acoge, me pone en el caso de no tener miedo de aceptar, como acepto, formar parte de la honorable comisión para la cual soy designado, la cual el Ministro servirá para informar a Su Excelencia el Gobernador, para los consiguientes propósitos ..."
Y unos días después, el 1 de septiembre, Ricardo Foster vuelve a dirigirse al gobierno como "Presidente de la Comisión Especial para la construcción de las habitaciones de los colonos". Agrega que en compañía de los señores Tiburcio Aldado y Caracciolo de Larrechea, el 28 de agosto de 1855 se dirigieron al "Cantón del Capitán Reyes", aprobaron el lugar y conocieron sus alrededores para construir las haciendas. Continúa con diferentes explicaciones prácticas sobre los elementos y materiales que serían necesarios para la obra y aconseja la medición inmediata del terreno. Y el 2 de septiembre, los restantes miembros de la Comisión Especial anunciaron que Ricardo Foster había sido designado presidente.
A partir de ahí, se nota la incansable actividad que desplegó Foster en el inicio y desarrollo de la obra.
Ya el 5 de septiembre, el agrimensor Augusto Reant está listo para medir los terrenos destinados a la colonia; el día 11, Foster planteó las propuestas para la previsión de puertas, ventanas y, en general, los elementos para las construcciones, propuestas que fueron aprobadas de inmediato.
No es el objetivo de este trabajo hacer una crónica de todos los pasos relacionados con el establecimiento de la colonia Esperanza en detalle, cuestión que requeriría un estudio especial sobre el tema y que, por otro lado, ya ha sido la objeto de tratamiento oportuno. Es interesante notar que todo el inicio de los trabajos materiales necesarios para el asentamiento de la colonia están marcados con la impronta de la personalidad de Ricardo Foster. Y en los volúmenes contables depositados en el Archivo General de la Provincia de Santa Fe, existe abundante documentación que acredita el escrupuloso manejo de los fondos y en el desempeño de su misión oficial, hizo Foster.
La rendición de cuentas de los años 1855 y 1856 se detalla y revela una personalidad de acción que no descuidaba el ordenamiento de la documentación administrativa. Sin embargo, no se debe pensar que Ricardo Foster, luego de establecerse, dejó de interesarse por la colonia Esperanza.
En diciembre de 1858, como veremos a continuación, ya se había establecido la segunda colonia agrícola de la Provincia de Santa Fe: San Jerónimo. En esa fecha se dirigió al gobierno manifestando que había enviado a una persona a Europa a buscar familias para asentarse en las tierras cercanas a El Sauce (se refiere a San Jerónimo), pero que es probable que algunas familias que llegaron tuvieran familiares en Esperanza, le gustaría ponerlos allí, para hacerlos más felices. Para ello, solicitó que en Esperanza se le otorguen tres concesiones de 20 bloques para instalar, en un plazo de 8 a 12 meses, tres familias de colonos agrícolas.
El gobierno está de acuerdo y en el trámite administrativo realizado es de interés el informe del Juez de Paz de Esperanza, Adolfo Gabarret, cuando dice que:
"El abajo firmante es consciente de que, siendo Ricardo Foster, presidente de la comisión de colonización, ha prestado en la formación de esta colonia e incluso posteriormente, notables servicios que lo recomiendan altamente a las consideraciones del Excelentísimo Gobierno, y que además los colonos han recibido y continúan recibiendo de ella, valiosas ayudas de diversa índole, encontrando en el campo establecimiento que cuenta en las cercanías, estupendas facilidades para proveerse de animales domesticados".
En el contrato de colonización celebrado entre Aarón Castellanos (1799-1880) y el gobernador Domingo Crespo (1791-1871), este último se había visto obligado a suministrar a los pobladores tierras, rancho, harina, semillas, caballos, vacas y bueyes. [46]
De ahí que, luego de dos años y al haber sido notificado el gobernador José María Cullen (1823-1876), sucesor de Crespo, que las primeras 200 familias venían de Europa, se creó una Comisión por decreto del 28 de agosto de 1855 para preparar la futura Colonia y dar cumplimiento a las disposiciones del contrato. [47]
Como presidente de la Comisión de Colonización fue designado Ricardo Foster (1808-1865), empresario de temperamento y perspicaz en el manejo de la economía doméstica, no tardó en darse cuenta de que el proceso de Colonización iniciado pronto provocaría una vertiginosa valoración de la tierra. [48]
Adquirió estancias, una a orillas del Arroyo Cululú, llamado los "Siete Árboles", y las otras dos, una al sur y otra al oeste de Sa Pereira. [49]
Una vez constituida esa comisión, destinada a cumplir con el contrato de colonización, la medida más urgente que requirió la próxima llegada de los inmigrantes europeos fue el establecimiento del lugar para la instalación de la proyectada colonia agrícola.
Según el artículo 6 de dicho contrato, las cinco colonias pactadas con Aarón Castellanos (1799-1880) debían fundarse en una vasta región, a gran distancia de Santa Fe, es decir, "desde la altura del pueblo de San Javier hacia el Norte".
Pero la comisión, juzgando con buen juicio que esa zona, mayoritariamente selvática y en las cercanías de los indios serranos, no era la más adecuada para la ubicación de la colonia, propuso reemplazarla por la vega que se extendía sólo siete leguas al noroeste de Santa Fe, más allá del Río Salado, y que también contaba con la protección del cantón militar denominado Reyes o Iriondo ubicado en ese lugar.
Una vez aprobada la propuesta por el gobernador José María Cullen (1823-1876), estos terrenos fueron medidos, delimitados y fragmentados en 200 concesiones por el agrimensor Augusto Reant, cuya labor culminó el 26 de noviembre de 1855.
Por lo demás, la Comisión de Colonización debió haber tropezado con dificultades en su tarea de dar "cumplimiento religioso a las estipulaciones pactadas entre el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires y el ciudadano Aarón Castellanos" [50], dado que cuando fondeó a fines de enero de 1856, el barco "Asunción" al puerto de Santa Fe, con los primeros inmigrantes a bordo, aún quedaba mucho por hacer en la llanura verde detrás del río Salado, donde se establecería la colonia. Los trabajos de construcción de las casas, por ejemplo, durarán hasta cerca de fin de año.
Cuando el gobernador José María Cullen (1823-1876) creó en junio una nueva comisión para la venta de una franja de terreno fiscal que se extendía de norte a sur, dividiendo Esperanza en dos tramos, Ricardo Foster (1808-1865) fue nuevamente requerido para el desempeño de la presidencia, sin duda por su desempeño responsable y competente en el cumplimiento de su anterior misión. [51]
De lo dicho se puede deducir que el terrateniente portugués ha sido uno de los hombres más ligados al asentamiento de inmigrantes en la colonia agrícola Esperanza; lo cual, como se ha dicho, se debe a la comisión que presidió la ventaja de su ubicación definitiva en un sitio más cercano a la capital, en tierras de óptima calidad, aptas para la siembra y el pastoreo, y a una prudente distancia del hábitat de los indios serranos, quienes, dicho sea de paso, en ningún momento se atrevieron a agredirla. [52]
Muerte
Ricardo Foster murió de hidropesía severa el 5 de diciembre de 1865, después de haber estado enfermo durante sus últimos meses. Fue enterrado en el cementerio católico de Rosario en la provincia de Santa Fe, Argentina, habiendo recibido ayuda espiritual de esa religión.
Su dedicación, esfuerzo y compromiso serán recordados por generaciones.
Descendencia
Ricardo Foster tuvo tres hijos, Ana Foster (c.1840-?) que murió soltera. Isabel Foster (1835-1932) quien se casó con Máximo Fernando de Elía Álzaga (1811-1865) y Enrique Foster (1842-1916) quien tuvo un hijo natural con Isabel Llames (1845-c.1900) pero luego se casó con Adelaida Ponsati Vidal (1847-1916).
Un buen número de descendientes del matrimonio Foster y Kagel viven en Buenos Aires y en la provincia de Santa Fe. Sus apellidos se entrelazan con los de Nazar, Miguens, Tezanos Pinto, Torres Agüero, Money, Sofia, Turbatti, Ontiveros, Fleury, Leguizamón, Ovalle, Pasman, Davison, Funes, Urizar, von Grolman, Gradin, Padilla, Córdoba, Benites, Aguilar, Fernández de Cieza, Pera, Tomkinson, Otamendi, Vidal Domínguez, Murray, Lago, Bertona, Pagniez, Apathie, Galarce, Johndon, Lagos, Terrero, Maschwitz, Caprile, Argerich, Garrahan, Gassiebayle, Urruti, Malbran, Hoeve de Elia , del Campo, Gigena Vergara, Ugarte, Mackinlay Zapiola, Casas, Echesortu, Maguire, Molinari, Picasso Cazon, Torello, Jacobe y Martin Diaz.
Referencias
- Biografía de Presidentes en el Club del Orden, Provincia de Santa Fe, República Argentina.
- Informe sobre la Casa de la Caja Forense, 2012.
- La masonería argentina a través de sus hombres. Alcibíades Lappas. Impresora Belgrano, 1966. 408 páginas.
- Inmigración y colonización suizas en la República Argentina en el siglo XIX. Juan Schobinger. Instituto de Cultura Suizo-Argentino, 1957. 230 páginas.
- Historia de San Jeronimo Norte: Una colonia agrícola-ganadera de inmigrantes suizos en la República Argentina. Tomo I, 2da edición. Gabriel Oggier, Emilio B. Jullier. 1999.
- Informe sobre la Casa de Caja Forense. 2012. Provincia de Santa Fe, República Argentina.
- Revista de la Junta Provincial de Estudios Históricos de Santa Fe. Nº LXIX.
- Ricardo Foster y la Colonia San Jerónimo. Lehmann, Guillermo.
- Archivo General de la Provincia de Santa Fe (AGPSF). Escribanía de Gobierno. T. 3 1857, f. 193.
- Archivo General de la Provincia de Santa Fe (AGPSF). Departamento Topográfico. Topog T. 99, f. 117, No. 275.
- Archivo General de la Provincia de Santa Fe (AGPSF). Escribanía de Gobierno, 1857. T. 3, f. 181-182.
- Archivo General de la Provincia de Santa Fe (AGPSF). Biblioteca y Archivo Histórico de Gobierno 1857, T. 16, p. 467.
- Archivo General de la Provincia de Santa Fe (AGPSF). Departamento Topográfico. T. 99, f. 116, nº 273.
- Archivo General de la Provincia de Santa Fe (AGPSF). Escribanía de Gobierno, 1857.
T. 3, f. 181.
- Archivo General de la Provincia de Santa Fe (AGPSF). Ibidem, f. 206 - 208.
- Archivo General de la Provincia de Santa Fe (AGPSF). Registro de Escrituras y Contratos Públicos, T. 29 1857-1862, año 1859, f. 102. A fojas 103, Foster paga el 2% del derecho de Alcabala, que fue de 281 pesos correspondientes a los 14.049 pesos por la venta del campo Quiñones.
- Archivo General de la Provincia de Santa Fe (AGPSF). Escribanía de Gobierno, 1857. T. 3, f. 209-210.
- Archivo General de la Provincia de Santa Fe (AGPSF). Departamento Topográfico. T.99, f. 96.
- Archivo General de la Provincia de Santa Fe (AGPSF). Escribanía de Gobierno. T. 5, f. 125-128.
- Archivo General de la Provincia de Santa Fe (AGPSF). Departamento Topográfico. T. 99, f. 95, nº 221.
- Basualdo Jose, Teniente Coronel. Solicita en compra un terreno ubicado en el Departamento San Jerónimo, en Escribanía de Gobierno. T.3, leg. 18, f. 168.
- Archivo General de la Provincia de Santa Fe (AGPSF). Departamento Topográfico. T. 99, f. 95, nº 220.
- Archivo General de la Provincia de Santa Fe (AGPSF). Departamento Topográfico. T. 166, f. 119.
- Archivo General de la Provincia de Santa Fe (AGPSF). Departamento Topográfico. T. 166, f. 120.
- Archivo General de la Provincia de Santa Fe (AGPSF). Escribanía de Gobierno. T.3, f. 198-202.
- Archivo General de la Provincia de Santa Fe (AGPSF). Varios Documentos. T. 1 A, f. 120.
- Archivo General de la Provincia de Santa Fe (AGPSF). Biblioteca y Archivo Histórico de Gobierno. T 15, 1856, p. 205.
- Archivo General de la Provincia de Santa Fe (AGPSF). Libro Copiador de Gobierno 1855-1858, p. 118, nº 1960.
- Noticia publicada en el Nacional Argentino, Sábado 23 de Agosto de 1856, nº 361.
- Archivo General de la Provincia de Santa Fe (AGPSF). Escribanía de Gobierno. T. 3, 1857, leg. 85, f. 152 and 153.
- Archivo General de la Provincia de Santa Fe (AGPSF). Registro Oficial, T. II, 1848-1858, pág. 365.
- Archivo General de la Provincia de Santa Fe (AGPSF). Idem, p. 365.
- Archivo General de la Provincia de Santa Fe (AGPSF). Biblioteca y Archivo Histórico de Gobierno, 1857, T. 16, f. 1138.
- Archivo General de la Provincia de Santa Fe (AGPSF). Libro Copiador de Hacienda y Relaciones Exteriores 1855-1858, f. 312.
- Archivo General de la Provincia de Santa Fe (AGPSF). Libro Copiador de Hacienda y Relaciones Exteriores 1855-1858, f. 312.
- Archivo General de la Provincia de Santa Fe (AGPSF). Registro Oficial, T. II, 1848-1858, pág. 372.
- Archivo General de la Provincia de Santa Fe (AGPSF). Escribanía de Gobierno, 1857 T. 3, f. 200.
- En este decreto "el Gobierno acepta la propuesta en los términos que constan en la presente solicitud", es decir mensurar cincuenta concesiones destinadas a los colonos espontáneos, sin preverse concesiones para provecho particular, y menos aún utilizar para ello el centro colonial que normalmente se reservaba para ubicar un pueblo con su plaza central, la iglesia, el juzgado de paz, etc.
- Archivo General de la Provincia de Santa Fe (AGPSF). Idem, f. 202.
- Archivo General de la Provincia de Santa Fe (AGPSF). Biblioteca y Archivo Histórico de Gobierno, 1866, T.25, f.135. Según pericias caligráficas la letra del informe pertenece al mismo Ricardo Foster, escrita poco antes de fallecer, a fines de 1865.
- Archivo General de la Provincia de Santa Fe (AGPSF). Departamento Topográfico. T. 16, p.35.
- Archivo General de la Provincia de Santa Fe (AGPSF). Departamento Topográfico. T.17, pág 82.
- Archivo General de la Provincia de Santa Fe (AGPSF). Departamento Topográfico. T. 17, f.82.
- Artículos 1° y 10 del Contrato de Colonización.
- Decreto publicado en "El Nacional" de Paraná. Año IV N° 248.
- Archivo General de la Provincia de Santa Fe. Biblioteca y Archivo Histórico de Gobierno. V Circunscripción. Tomo 28. Año 1853-1857.
- La ubicación de estos terrenos de Foster aparece en el plano catastral de los alrededores de Santa Fe, publicado en Inmigración y Colonización Suizas en la República Argentina en el Siglo XIX, de Juan Schobinger, p. 120.
- Véase nota Nº 46.
- Inmigración y colonización suizas en la República Argentina en el siglo XIX. Juan Schobinger. Instituto de Cultura Suizo-Argentino, 1957. Página 80.
- Archivo General de la Provincia de Santa Fe (AGPSF). Escribanía de Gobierno, Expedientes de 1858, folios 52 a 54.
Bibliografía
- Historia de San Jeronimo Norte: Una colonia agrícola-ganadera de inmigrantes suizos en la República Argentina. Tomo I, 2da edición. Gabriel Oggier, Emilio B. Jullier. 1999.
- Julio César del Barco (1982). Revista de la Junta de Estudios Históricos de Santa Fe, LII, Santa Fe.
- El Nacional Argentino Nº 361, Sábado 23 de agosto de 1856.
- Guillermo Perkins (1864). Las Colonias de Santa Fe, Imprenta del Ferrocarril, Rosario.
- AEEyC (Archivo del Departamento de Estudios Etnográficos y Coloniales de Santa Fe).
- Escrituras públicas, T. 26.
- AGPSF (Archivo General de la Provincia de Santa Fe).
- Archivo de Contaduría. Documentos de Data de la Comisión de Colonización de Esperanza.
- Archivo de Gobierno, T.15 (1856), 16 (1857), 25 (1866).
- Departamento Topográfico T.16, 17, 99 y 166.
- Escribanía de Gobierno, T. 3 (1857), 5.
- Expedientes Civiles, T. 1 (1862).
- Libro Copiador de Hacienda y Relaciones Exteriores 1855-1858.
- Libro Copiador de Gobierno 1855-1858.
- Registro de Escrituras y Contratos Públicos, T. 29 (1857-1862), Año 1859.
- Registro Oficial, T.II (1848-1858), III (1859-1862).
- Varios Documentos, T. 1A.