et-Dr. Enrique Foster
Enrique Vicente Foster (Buenos Aires, Argentina; 19 de junio de 1878 - Buenos Aires, Argentina; c. 1939) fue un profesor universitario y pediatra argentino, reconocido por fundar en 1904 e implementar el Primer Dispensario Infantil en la República Argentina para mejorar la situación y el modo de vida de los niños cuyas madres, ya sea por sus ocupaciones o por la falta de leche, no podían alimentarlos de acuerdo con los preceptos indicados por la higiene y las necesidades de los niños. [1]
Familia
Enrique Vicente Foster era hijo de Adelaida Ponsati Vidal (1847-1916), originaria de Buenos Aires, y Enrique Foster (1842-1916), colonizador y agrimensor argentino, fundador de Monte Oscuridad y cofundador de la ciudad de Resistencia, Provincia del Chaco, Argentina.
Su padre tuvo un hijo natural alrededor de 1865 con Isabel Llames (1845-?) llamado Enrique Arturo Foster (1865-?) pero unos años más tarde se casó con Adelaida Ponsati, el 17 de enero de 1873 en Buenos Aires, Argentina, y con quien tuvo 7 hijos: Alejandro Foster (1877-1951), Ricardo Ignacio Foster (1881-c.1959), María Foster (1873-1873), Celia Cecilia Foster (c.1889-?), Ricardo Luis Foster (1874-1874), Enrique V. Foster (1878-1942), Carlos Foster (c.1866-?).
Alejandro Foster (1877-1951) fue ingeniero agrónomo, fundador en 1924 y presidente de la Sociedad Rural Argentina de Trenque Lauquen en 1933, 1934 y 1935, y se casó con María Magdalena Paula Nazar Miguens (c.1864-?).
Ricardo I. Foster (1881-c.1959) se casó con Ana Mooney, y fue abogado y político argentino, diputado por la provincia de Santa Fe en 1934-1935, y ministro de Instrucción Pública de 1935 a 1937.
Celia Cecilia Foster (c.1889-?) se casó con Álvaro Francisco Leguizamón Ovalle (1883-1956), a su vez hijo de Guillermo Leguizamón del Llano (1853-1922), político y uno de los fundadores y principales artífices de la formación de la Unión Cívica Radical con quien mantuvo una estrecha relación con Leandro N. Alem (1841-1896) y Bernardo de Irigoyen (1822-1906) hasta el final de sus días.
Los dos hijos restantes, Maria Foster (1873-1873) y Ricardo Luis Foster (1874-1874) murieron al nacer.
Cabe señalar que el hijo del primer matrimonio de su padre Enrique, Enrique A. Foster (1865-?), fue un próspero comerciante y político argentino que se casó con la española María Dolores Castaño (c.1870-?) en 1890.
Enrique Vicente Foster se casó con Josefina Corina Tezanos Pinto Torres Agüero (1879-1979) en Buenos Aires, Argentina, el 2 de mayo de 1903, y juntos tuvieron 7 hijos: David Foster de Tezanos Pinto (c.1900-1995), Raúl Foster de Tezanos Pinto (1910-2000), Cora Foster de Tezanos Pinto (1912-2004), Ricardo Foster de Tezanos Pinto (1916-2006), Marcelo Foster de Tezanos Pinto (1918-2007), Enrique Alejandro Foster de Tezanos Pinto y Corina Foster de Tezanos Pinto.
Josefina Corina Tezanos Pinto Torres Agüero (1879-1979) era hija de David de Tezanos Pinto (1849-1934), un abogado y catedrático de universidad chileno que se destacó tanto en el ámbito público como en el privado y fue considerado una eminencia en materia de derecho.
Biografía
Enrique Vicente Foster nació el 19 de junio de 1878 en Buenos Aires, Argentina y fue bautizado el 16 de septiembre del mismo año. [6] Sus padres se habían radicado en esa ciudad por un tiempo, y luego de la firma del Acuerdo de Paz y Comercio entre la Confederación Argentina y el Estado de Buenos Aires en 1854, regresaron a la Provincia de Santa Fe, Argentina. [7]
Tuvo una carrera próspera después de recibir el título de Doctor en Medicina y se graduó en 1902 en la ciudad donde nació. [2]
Enrique Foster fue un ex practicante de la Inspección de Higiene de Asistencia Pública en 1898 y ex practicante junior de la Oficina Central de Asistencia Pública en 1899. También fue pasante junior y senior en el Hospital de Niños San Luis Gonzaga, el primer hospital en América Latina especializado en pediatría, en 1899, 1900, 1901 y 1902. [3]
El Niño: Tesis presentada en Buenos Aires, República Argentina
En 1902, el Dr. Foster presentó un trabajo para optar al título de Doctor en Ciencias Médicas donde compartió una serie de consejos y opiniones basadas en el desarrollo del niño para poder darse cuenta de los males que deben remediarse en la infancia. [1]
A partir de su experiencia como Director del Hospital de Niños de Buenos Aires, Foster había observado la gran cantidad de pequeños indefensos, minados por la gran cantidad de enfermedades que los devoran y ante los cuales tiemblan y se inclinan sus débiles existencias.
Madres llorando que, cargando a sus pequeños en brazos, entraron al concierto de la vida y empezaron a sentir los efectos de las muchas espinas que allí se encontraban. [2]
En la obra citada, el autor sigue al niño en la evolución de su vida, desde su concepción en el útero, hasta la pubertad, ya preparado para ser adulto, luego de haber salido victorioso en las múltiples batallas que habrá tenido que librar en su infancia con las enfermedades propias de esa etapa de la vida.
Enrique Foster hizo referencia a la gran división durante la infancia, según la clase social a la que pertenecían los niños y el entorno en el que se desarrollaban.
Los hijos de los ricos y los hijos de los pobres, los primeros, rodeados de todos los cuidados y peticiones que el dinero puede brindar junto con el amor de la madre y los segundos, solo alimentados por este amor y desarrollándose en ambientes nocivos para su salud, envuelto por todos lados por esa multitud de seres patógenos existentes en el medio externo y que acechan a la espera de cada oportunidad para producir sus efectos destructivos. Sin embargo, todos merecen una dieta competente y bien regulada para que su sistema digestivo no sufra.
El autor ha comparado al recién nacido con un sistema digestivo y nada más, y sostiene que el crecimiento, la vitalidad, el buen estado del pequeño ser, no dependen, sino del funcionamiento regular de su tracto digestivo. [3]
La alimentación del niño será uno de los puntos principales que el Dr. Foster trata en la tesis, producto de los numerosos trabajos que ha realizado y las lecciones de sus profesores en el Hospital de Niños.
Una vez más, el autor plantea la necesidad de que el médico tenga una balanza a su lado y pese sistemáticamente a sus pacientes y argumenta:
El Dr. Foster mantiene la poderosa influencia del ambiente nosocomial en los niños pobres, ingresados desde muy temprana edad en los hospitales, atacando de una forma u otra al pequeño débil. Además, destaca la necesidad en esos años de hogares de ancianos para convalecientes; donde los niños tienen tuberculosis en la gran mayoría del medio ambiente nocivo.
¿Cuántas veces no sabemos que un niño está enfermo solo porque pierde peso sin presentar ningún otro síntoma de su estado patológico, hasta que se declara francamente? [4]
Según estadísticas municipales del año 1900, solo en la capital bonaerense han muerto 240,79 niños por cada mil muertes, entre 0 y 1 año, y en 1901, 207,56 por mil y el autor destaca el esfuerzo del hombre por intentar suprimir la mortalidad en el mundo para reducir al máximo los sufrimientos de la humanidad. [5]
Contar para Sanar
La salud de la población infantil se ha convertido en un foco de interés en un contexto de difusión de preocupaciones sobre la calidad de la población futura de la República Argentina y el mundo.
Una serie de discusiones en torno a la mortalidad infantil surgieron a principios del siglo XX, y estos debates incluyeron la pregunta de si en Argentina estas cifras eran altas o insignificantes. [1] Sin embargo, aún no existía un consenso sólido sobre qué considerar de niño en términos estadísticos, pero en 1909, el Dr. Enrique Foster, médico del Hospital de Niños y Oficial de la Administración de Salud y Asistencia Pública, actualmente Ministerio de Salud, publicó en Los Anales de esta institución un estudio que trató de zanjar esta polémica, desautorizando los argumentos de quienes se equivocaron en la forma de lidiar con las estadísticas y tomaron solo el primer año de vida para calcular la mortalidad infantil. [2]
El primer Congreso Nacional de Medicina de 1916 lo apoyó, estableciendo el período de cero a dos años como criterio uniforme [3] y por su parte, en los estudios del Departamento Nacional de Higiene, Adela Zauchinger (1883-c.1950) mantuvo un criterio amplio de infancia que llegaba a la pubertad e identificaba en este grupo social a personas de cero a 15 años, de acuerdo, en términos generales, con el concepto legalista sostenido por la Dirección Nacional de Higiene que reconocía el límite de la niñez determinado por el derecho civil argentino (12 años para las mujeres, 14 para los hombres). [4]
Procesos Académicos & Asociativos a Principios del siglo XX según el Dr. Foster
Como parte de un intenso proceso de medicalización de la vida en general y de la niñez en particular, en la Argentina de fines del siglo XIX, como en otros países latinoamericanos, se empezaron a configurar nuevas especialidades médicas que delimitaron nuevos objetos de estudio e intervención. [1]
La lucha contra la mortalidad infantil, ligada al lugar particular que pasa a ocupar la infancia, se da en conjunción con los inicios de la constitución de la pediatría como especialidad médica. [2] Siguiendo especialmente a las escuelas de pediatría francesa y alemana, este proceso ocurre más o menos simultáneamente en los diferentes países de América Latina.
Los médicos latinoamericanos viajan con frecuencia a Francia y Alemania para visitar y capacitarse en los servicios de atención infantil de sus hospitales, además de estudiar con literatura médica de esos países y hacia fines de la década de 1920, como parte de la circulación del conocimiento científico de la tiempo, se agrega la referencia a los médicos de Estados Unidos.
La necesidad de reducir la mortalidad infantil y las enfermedades que la provocan no es la única preocupación que plantea la infancia en ese momento. En Buenos Aires, el abandono, la mendicidad, el trabajo de calle y la delincuencia infantil están siendo recortados, definidos, explicados como "problemas" en el marco de una serie de representaciones construidas socialmente sobre las características de la infancia; representaciones mediante las cuales se establece la forma en que los sujetos deben atravesar esta etapa y se definen sus características físicas y comportamientos "normales". [3]
En línea con la definición del niño como objeto de estudio y tratamiento, la pediatría se institucionalizó como especialidad médica y los pediatras comenzaron a formar un grupo profesional.
En 1905, como parte de estas transformaciones institucionales, el Hospital Pedro de Elizalde, perteneciente a la Sociedad Benéfica de Buenos Aires, se transformó en Hospital de Niños Expósitos. Cabe aclarar que la pediatría se constituye en un momento en el que el Estado avanza en la creación, organización y supervisión de un sistema de salud, pero instituciones filantrópicas como la Sociedad de Beneficencia aún poseen y administran gran parte de los establecimientos destinados a tal fin. [4]
Además de los servicios de atención infantil en los hospitales de la ciudad, entre los establecimientos cuya creación promueven la asistencia a los niños pueden mencionarse las "Gotas de Leche" [5] y aquellos fundados a partir de la creación, en 1908, de la Dirección de Primera Infancia de la Asistencia Pública de Buenos Aires: [6] Dispensarios de lactantes, institutos de puericultura [7] y oficinas de inspección de nodrizas. [8] Concebidos como ámbitos al mismo tiempo asistenciales y educativos, centran su abordaje en la puericultura, entendida como el área de la medicina del niño especializada en la crianza infantil, especialmente durante la "primera infancia". [9]
La puericultura se constituye como parte de la pediatría, aunque con una relativa autonomía con respecto a ella. [10]
A diferencia de la clínica pediátrica, se orienta hacia los cuidados cotidianos del niño sano mediante la transmisión a las madres de métodos de crianza considerados racionales y científicos, procurando que la guía de la ciencia médica tome en la crianza del niño el lugar hasta entonces ocupado por los consejos de los curadores populares y de las mujeres de la familia. Estos saberes, fuentes habituales de conocimiento acerca de la crianza infantil, pasan a ser fuertemente desautorizados por los pediatras en términos de "ignorancia" y "prejuicios". [11]
La estrategia de intervención y persuasión puesta en juego para combatirlos es de carácter pedagógico y preventivo.
Para ello, se emprenden diferentes acciones, que van desde la publicación de cartillas, folletos y manuales de crianza infantil hasta las visitas domiciliarias y el seguimiento periódico del niño en los establecimientos de la Dirección de la Primera Infancia. [12]
Estas acciones pueden ser consideradas como parte de un trabajo minucioso, nunca del todo concluido, de implantación de una creencia en el valor de la salud infantil y en la capacidad objetiva y racional de la ciencia para asegurarlo. [13] Si bien efectuar un balance de los resultados de ese proceso requeriría la realización de otro trabajo, pueden señalarse algunos elementos que surgen de datos estadísticos, de los informes periódicos que elaboran los médicos encargados de los mencionados establecimientos asistenciales. [14]
Consultorio de Lactantes en Argentina por Iniciativa Francesa
La creación de la Sociedad de Puericultura de la Ciudad de Buenos Aires revela los cambios que afectaron a la sociedad argentina de la primera mitad del Siglo XX.
El conocimiento médico, en permanente ebullición a partir de la incorporación de nuevos descubrimientos, particularmente aquellos resultantes de la revolución bacteriana, provocó una amplia gama de transformaciones. De esta manera, se modificaron las ideas sobre la función de la medicina en la sociedad así como sobre el papel de los profesionales médicos; paulatinamente este proceso se trasladó a las prácticas y generó una serie de novedades en las instituciones sanitarias públicas existentes.[1]
La puericultura, constituida como especialidad científica dentro de la medicina buscaba la protección integral de la madre y el niño a partir de la combinación de dos ideas: la concepción de la salud como valor integral y la responsabilidad del Estado en la consecución de este objetivo.
La Dirección de Protección a la Primera Infancia fue creada dentro de la Asistencia Pública de la Municipalidad de Buenos Aires, en 1908, a partir de la recepción en el país de los lineamientos de la puericultura, nueva especialidad médica originada en Francia.
El Dr. Enrique Foster (1878-c.1939), organizó la primera Gota de Leche en 1904, en la cual siguió el modelo de las instituciones de los puericultores franceses. Esta iniciativa recibió un subsidio municipal y en consecuencia se construyó una estrecha vinculación entre ese organismo y el municipio. [2]
Así, las instituciones de salud municipales recibieron y adaptaron las ideas de la puericultura a instancias de un grupo de médicos.
Sus primeros directores, el Dr. Foster (1908-1912), el Dr. Silvestre Oliva (1912-1927), el Dr. Mario H. Bortagaray (1927-1946) y el Dr. Hernando Magliano, generaron un servicio destinado al cuidado integral de los lactantes dentro del organismo sanitario municipal. [3]
Hacia 1934, sus servicios asistían a más de la mitad de los niños menores de cinco años que habitaban en la ciudad porteña, a través de veinte dispensarios y cinco institutos de Puericultura.
Protección a la Infancia & Consolidación de la Pediatría
Durante la segunda mitad del Siglo XIX la mortalidad infantil en Buenos Aires fue altísima, pero así de drástica fue su reducción, un gráfico estadístico confeccionado por Gregorio Aráoz Alfaro en el año 1927, muestra cómo descendió de más del 190% en 1886 hasta 85% en 1926.
Como ha sido establecido por otros autores, esta sostenida disminución de la mortalidad infantil en el período desde 1875 hasta la primera década del Siglo XX fue debida a la construcción de las obras públicas atenientes a la salubridad y a las mejoras en la atención médica. Mientras tanto, la pediatría se afirmaba cada vez más sobre una base científica, cuyas dos columnas fueron la bacteriología y la química de la digestión y la nutrición.[1]
Simultáneamente, durante la última década del Siglo XIX, se sucedieron en Francia varias iniciativas de Protección a la Primera Infancia: Los consultorios de lactantes de Pierre Budin, el dispensario de Variot en Belleville y la Gota de Leche de Léon Dufour en un pueblito de Normandía, para distribuir leche pasteurizada y educar a las madres.
Este sistema fue reproducido en nuestro país y en 1904, se instalaron en Córdoba y Buenos Aires sendas Gota de Leche. En Buenos Aires, Enrique Foster abrió su Gota de Leche y en el año 1904 este movimiento prosperó. [2]
En 1908 se creó la Sección de Protección a la Infancia en la Asistencia Pública, y tres años más tarde se sancionó la Ordenanza de Protección a la Primera Infancia.
La asistencia mensual a la cocina de lactantes de los siete dispensarios y cinco institutos de puericultura fue de aproximadamente 30.000 visitas para el primer semestre de 1917.
En 1926 el sistema llegó a contar con 18 dispensarios para lactantes además de los cinco institutos, en los que había internación de la madre con el niño recién nacido. [3] Las altas tasas de mortalidad del período, la desnutrición, el trabajo infantil y las alarmantes cifras de abandono de niños demandaban respuestas y es con este panorama de fondo que la puericultura se afianzó en nuestro país.
Organización a los Servicios de Protección a la Primera Infancia
La Asistencia Pública de Buenos Aires por medio de la Sección de la Protección a la Primera Infancia presta asistencia preventiva al lactante desde su nacimiento hasta los 2 años de edad.
Inició sus tareas el 1 de enero de 1908, oficializando el Primer Dispensario de Lactantes que con el nombre de consultorio Gota de Leche había fundado 4 años antes en 1904, el Dr. Enrique Foster. [1]
Gradualmente y a medida que las funciones lo requerían fue ampliando su número hasta llegar a la organización actual, que cuenta con 20 dispensarios de lactantes, 5 Institutos de Puericultura y la Oficina de Inspección de Nodrizas.
Los dispensarios de lactantes distribuidos en todos los barrios de la Ciudad, cuentan con un consultorio, dirigido por un médico especialista de Puericultura y Pediatría.
Para tal fin anexa a cada dispensario funciona la cocina de leche, donde se prepara todas las fórmulas alimenticias que el médico necesita utilizar no sólo en la dietética del niño sino del niño enfermo. [2]
Las madres llevan a sus hijos para que el médico les enseñe a dirigir la crianza de su hijo, tratando de que la leche materna sea la base de la dieta de su hijo y, en caso de que sea insuficiente o no pueda hacerlo, proporcione el alimento artificial apropiado para su edad.
Los Institutos de Puericultura cuentan, además del consultorio para lactantes locales con comodidad para internar a los lactantes ya sean sanos o enfermos, con padecimientos derivados habitualmente de una alimentación inadecuada, conjuntamente con las madres.
La Gota de Leche
Fruto de la propaganda realizada, se ha podido poner en práctica la Instalación de un Dispensario de Lactancia, un establecimiento cuyas finalidades, a través de la cooperación de las autoridades y la ciudadanía, debe cumplirse plenamente, mejorando la situación y el modo de vida de los infantes cuyas madres no pudieron alimentarlos en la forma y de acuerdo con los preceptos señalados por la higiene y las necesidades de niños. [1]
El primer dispensario se ha establecido en la calle Cerrito 892 de Buenos Aires, bajo la dirección del Dr. Enrique Foster (1878-c.1939), quien luego de un cuidadoso estudio de las necesidades que este tipo de institución debe cubrir requirió maquinaria moderna y simplificada que asegure la más completa purificación de la leche, colocándola en inmejorables condiciones de higiene y alimentación. [2]
La oficina del Dr. Foster contaba con una lechería anexa en San Vicente, Buenos Aires, donde la leche recién ordeñada era sometida a operaciones de pasteurización y colocada en biberones esterilizados. [3]
Muerte
Enrique V. Foster murió alrededor de 1939 en Buenos Aires, Argentina luego de una extensa carrera profesional, y sus restos descansan en la misma ciudad.
Referencias
- ↑ La Pediatría como Disciplina Cultural y Social - Pediatrics as Cultural and Social Discipline. Dr. Miguel de Asúa.
- ↑ EL NIÑO, Thesis presented to qualify for the degree of Dr. in Medicine Buenos Aires, Argentina 1902.
- ↑ Thesis presented to qualify for the Doctor of Medicine degree. 1902. No. 1291. Page 3.
- ↑ El Niño.Tezanos Pinto, Jacob. Buenos Aires, 1902. Printing and Publishing House of Agustín Etchepareborda, Page 17.
- ↑ El Niño.Tezanos Pinto, Jacob. Buenos Aires, 1902. Printing and Publishing House of Agustín Etchepareborda, Page 18.
- ↑ El Niño.Tezanos Pinto, Jacob. Buenos Aires, 1902. Printing and Publishing House of Agustín Etchepareborda, Page 19-21.
- ↑ El Niño. Buenos Aires, 1902. Page 21.
- ↑ General Directorate of Municipal Statistics of the City of Buenos Aires (DGEM), 1900-1910.
- ↑ EPIDEMIOLOGY. Medical Week, Buenos Aires, v.25, n.20, p.552-555. 1918.
- ↑ Dr. Foster justified the extent of the repercussions achieved by the subject as follows: ↵ "Early childhood mortality is one of the most interesting topics because of the number of problems involved, both hygienic and sociological; no It is surprising, therefore, that it is often treated both by scientific journals and by the daily press, of which we must congratulate ourselves, since it is indispensable to facilitate the task of those who are in charge of studying this mortality, to seek its causes and try to combat them "(Foster, 1909, p.208).
- ↑ Counting to Cure: Statistics and the Medical Community in Argentina, 1880-1940.
- ↑ The classification system used by Dr. Zauchinger was as follows: 0 to 7 days, 7 to 30 days, 1 to 2 months, 2 to 3 months, 3 to 6 months, 6 to 12 months, 1 to 2 years, 2 to 6 years, 6 to 10 years, 10 to 15 years (Argentina, 1913). ↵ It's interesting to note that its statistical classification prioritized the stage of early childhood as it segmented into a greater number of categories (seven) those under two years of age, integrating the rest of the child population into only three categories that involved time intervals longer.
- ↑ ARMUS, Diego (Comp.). Avatares de la medicalización en América Latina, 1870-1970 .Buenos Aires: Editorial Place. 2005.
- ↑ Badinter, Elisabeth records that the names "Pediatrics" and "Childcare" adopted by the new specialty appear for the first time in France in 1872 and 1864, respectively.
- ↑ Bourdieu, Pierre. Sociología y Cultura. México: Grijalbo. 1990.
- ↑ The Sociedad de Beneficencia, created in 1823 during the Government of Rivadavia to organize a large part of education and social assistance in general, has lost much of its power and initial responsibilities for the time here, but continues to run several hospitals in the city of Buenos Aires. He always maintained an ambiguous relationship with the State; ambiguity derived from its character as a private entity created and financed mostly by the State to perform public functions.
- ↑ Initiated in 1904, replicating those in France, they provide milk. They start as a private initiative and then receive municipal funding.
- ↑ This institutional development aimed at children cannot be generalized for the entire Argentine territory, since in the interior of the country, just entering the 1930s, centralized national policies are assigned to the National Department of Hygiene.
- ↑ BILLOROU, María José. Maternal and child protection must be placed in the foreground in a country like ours: childhood protection policies in Argentina in the early twentieth century. Paper presented at the Conference "History of Children in Argentina, 1880-1960" Los Polvorines: National University of General Sarmiento. 2008.
- ↑ Located in poor neighborhoods of the city, infant dispensaries prepare and deliver food and are also outpatient clinics for newborns where "educational assistance" is made to mothers. In the childcare institutes the medical follow-up of the newborn is done and there are hospitalization rooms. The Nodrizas Inspection Office controls the health conditions of the milk of women employed as nurses, as well as the food and care that their own children receive.
- ↑ This institutional development aimed at children cannot be generalized for the entire Argentine territory, since in the interior of the country, just entering the 1930s, centralized national policies are assigned to the National Department of Hygiene.
- ↑ The disciplinary delimitation and the relationship between the two are not clearly or uniformly defined at the time studied. For some authors of the time, childcare is a part of pediatrics; for others, both approaches to childhood constitute disciplines with equal rank within medicine, making it impossible to project the current criteria of distinction between specialties towards the time studied.
- ↑ FOSTER, Enrique. Report on the operation of the infant dispensary "La Gota de Leche". Latin American Archives of Pediatrics, year 3, n.3, p.104-110. 1907.
- ↑ BOLTANSKI, Luc. Prime éducation et morale de classe . Paris: Mouton. 1969.
- ↑ FOSTER, Enrique. Memory on the operation of the "Drop of Milk". Latin American Archives of Pediatrics, year 2, n.7, p.275-281. 1906.
- ↑ FOSTER, Enrique. Protection and assistance of children: Report submitted to the Directorate of Public Assistance and corresponding to the year 1910. Latin American Archives of Pediatrics, year 1, t.5, n.1, p.122-139. 1911.
- ↑ Biblioteca Universidad Nacional de La Pampa. Pág 3.
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- ↑ Caras y Caretas Magazine. Year 1905, page 8 (335).
- ↑ Spragzutti, María Inés. Monday, April 1, 2013. Consulted by Ezequiel Foster on October 9, 2019.